Con Mourinho lejos, los jugadores del Madrid se atreven a desvelar detalles impensables con el portugués en el vestuario del Bernabéu. Especialmente reveladoras han sido unas declaraciones de Iker Casillas, en las que justifica su llamada a Xavi Hernández para salvar las relaciones con el Barcelona, que tan mal sentó a su entonces entrenador: «Hablamos para reconducir lo que estaba pasando porque la estábamos cagando. Era mi deber y mi responsabilidad como capitán de la selección».

Por si quedaba alguna duda, estas palabras llenas de sensatez de Casillas dejan claro donde estaba el foco que encendía el fuego de la peor rivalidad y ponía en peligro la convivencia en la selección, basada en los dos grandes de la Liga. El riesgo de ruptura en el seno de la campeona del mundo fue evidente, fomentado también por integrantes de uno y otro equipo. La suerte de Del Bosque, que es la de España, fue contar con dos personas hechas y derechas como Casillas y Xavi, hilo conductor de la mejor generación de la historia del fútbol español.

Pero no es solo Mourinho el que queda retratado por aquel episodio bochornoso. A fin de cuentas, él no tenía nada que perder con la desintegración de la Roja. En peor lugar queda Florentino Pérez, cómplice de las malas artes de su entrenador, hasta el punto de llegar a identificarlo con el ´señorío´ del Real Madrid. Santiago Bernabéu, al que Florentino Pérez siempre pone como referencia en su gestión, se hubiese llevado las manos a la cabeza al comprobar la degradación que alcanzó la institución con la excusa del todo vale para acabar con la hegemonía barcelonista.

Casillas, que aún hoy paga su rectitud con las críticas del sector más radical del madridismo, pasará a la historia del fútbol español por mucho más que sus milagros bajo la portería. Gracias a él, el Madrid dio un volantazo a la peligrosa deriva que le hacía estar en boca de todo el mundo, pero para mal. Y, al mismo tiempo, dejó con las vergüenzas al aire a Mourinho y a Florentino Pérez, cómplice necesario en aquella loca primavera de 2011.