Me salió del alma y lo dije en el SUPERMUCIÉLAGO como lo pienso: «Dani Parejo y Roberto Iniesta son Dios...». Lo de Parejo es porque estamos ante un futbolista que o te parece Dios o te parece el demonio y lo de Robe Iniesta porque también es Dios... Sí, ya me he dado cuenta de que soy incapaz de explicarme pero como creer en Robe te permite escribir libre al sol y al viento allá voy.

Resulta que los más sesudos analistas de la ciudad se han pasado meses alabando a Amadeo Salvo porque les convenía y porque esperaban con ello tener lo que finalmente no tienen y también resulta que la gran mayoría de valencianistas abrazó la llegada del nuevo presidente como maná caído del cielo. Salvo ya no mola a según quién y la afición tardó demasiado en captar que probablemente Salvo entienda de marketing y gestión „el tema Adidas/Joma me hace dudarlo„ pero de fútbol va justito.

Y resulta otra vez que justito ahora que llega un tipo que lo que quiere es «trabajar, trabajar y trabajar» para sacar al equipo de la dinámica en que está metido, pues ahora lo matamos. Lo siento, pero a veces «hasta del aire me dan arcadas» y hoy es el caso. Hoy veo Valencia y al entorno del club lleno de expertos en fútbol que ya saben de antemano que Rufete es poco más o menos que un inútil y todo porque no habla... Cierto, la imagen de un puñado de técnicos asaltando el entrenamiento es fea y deja en mal lugar al entrenador, pero peor es la imagen que da el Valencia desde que empezó la Liga.

Como yo lo veo, o hacemos algo, o el equipo entra en una dinámica súmamente peligrosa, por eso, lo que más me toca las narices es que justo ahora, justo cuando la situación es de lo más delicada, ahora queremos quemar la falla aunque ello suponga que el equipo se meta en situación limite. Me da igual Djukic, pero tengo muy claro que al equipo le falta trabajo. Nada más. Lo que se está haciendo ahora seguirá haciéndose siga Djukic o no siga Djukic, pero que alguien me explique porqué convencen más cuatro discursos baratos de Salvo y Djukic trabajar mucho...

También me da igual Rufete, pero desde que empezó la Liga es la primera vez que veo a alguien ponerse manos a la obra consciente de lo grave de la situación. Por último, dice Rufete que ser futbolista es algo más que estar en el hotel y jugar. Pues bien, la próxima vez que se olviden de saludar a la afición me van a oir. Y no les va a gustar.

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