Después de haber llegado a soñar con dos o tres grandes fichajes que vendrían a reforzar el equipo a muchos les parecerá poco lo de Vargas, pero no lo es. El chileno viene porque lo ha pedido el entrenador, que es quien mejor lo conoce. Y él, que al menos hasta ahora ha demostrado saber lo que lleva entre manos, piensa que este delantero le encaja, que le dará esa punta de agresividad y mala leche en el área contraria que este equipo no tiene. Incluso más que goles, como el propio Pizzi parece tener claro. No es un mal fichaje y hay que decir que, en las condiciones que está el Valencia, es un auténtico lujo. Basta recordar que en agosto no había posibilidad de fichar al cien por cien a Pabón y recurrieron a un fondo de inversión. ¿Vendrá algún jugador más? La esperanza es lo último que se pierde. No deja de ser curioso que para tomar una decisión de la trascendendia que tiene la venta del Valencia CF, dentro de esos criterios tan estrictos y profesionales con los que se rellenan comunicados vacíos, no se haya tenido en cuenta a la hora de manejar los tiempos que este club puede dejar de ingresar cerca de 30 millones de euros si no se clasifica para la Champions League. Y a principios de septiembre la decisión de vender ya estaba tomada... Ahora a ver si le van a vender a Paquito antes que a Juanito porque el banco se lleva diez millones más o menos. Si hay que vender, y eso ya parece inevitable, que sea al mejor y que sea ya. Y si no que se plante la Fundación -¿ya lo ha hecho?- porque al final es la que tiene que firmar.