Por mucho que el sistema preestablecido pretenda hacernos creer a los conspiranoicos que todo va bien y la democracia funciona, está claro que hay un complot universal contra los intereses de los más débiles. Y aquí estamos. Al primer partido de liga, cuatro ñapos de sanción para De Paul. Lo cual resultaría únicamente escandaloso si no fuera por el agravio comparativo derivado de las caricias de Cristiano Ronaldo a Godín en el partido contra el Atleti en la Supercopa. ¿Quiere eso decir que, si lo de De Paul hubiera sido una agresión en plena regla como lo de Cristiano y no un mero lance del juego, sería justo comparar ambos casos? No lo es. Me temo que es como cuando te multan por aparcar mal. Ya le puedes llorar al gendarme, ya puedes jurar por activa y por pasiva que no lo volverás a hacer, que era un recado, que tu abuela estaba malita, porque la receta te la llevas cosida en la boca, y ojo ¡ojito! a ver si te meto otra por desobediencia a la autoridad. Bueno, pues a eso añádanle que te quitan siete puntos y te abren diligencias penales por una sanción que merecía mero reproche administrativo, y ya tienes la tortilla de bacalao montada.

Justos por pecadores

Comparar a De Paul con Cristiano es como que pretendas compararte tú con el político aforado que ha aparcado el coche oficial sobre el Miguelete. No hay tutía, y además eso es harina de otro sumario: la justicia no funciona por comparaciones. Pero la rabia sí, y si encima, mientras te multan a ti, el coche oficial arranca y el político aforado saca la manita, saluda al agente y le llama por su nombre, a ti se te llevan los demonios. Lo malo de este sistema es que los que deciden en el fútbol no le han pegado una patada a un bote en su vida, así que imagínate a un balón. Parece que estén ahí, aumentando sus orondas siluetas en restaurantes de cinco tenedores y decidiendo en la sobremesa con orujo y pacharán sobre los pormenores de la venta de Di María antes de dedicarle un minuto a analizar el acta sin ver las imágenes. ¿Es así como funciona el negosi? Si no lo es, deberían dedicar una partida presupuestaria a mejorar la asesoría en comunicación para explicar al pueblo sus quehaceres, porque la mujer del rey no sólo debe serlo, sino que debe parecerlo.

Málaga Blues

Afortunadamente, y hasta que nos quiten las redes sociales „que lo harán, no les quepa ninguna duda„ esto ya no es la Edad Media. La gente sabe leer, escribir, opinar y, sobre todo, hacer fluir la información, veraz o inveraz, pero entre eso y la prensa al final se sabe todo. Que se lo digan a Pujol. Y el ciudadano se va socarrando y a fuerza de pataleo consigue la justicia, a las buenas o a las malas. Ahora bien, es curioso que, una semana después, es el Málaga el que se queja de complot arbitral y de robo. Quizá pataleamos mucho la semana anterior, quizá se genera en el subconsciente del árbitro una necesidad no demandada de compensar lamentablemente errores pretéritos en lugar de aplicar la justicia a cada acto en cada momento€ el caso es que en el estreno en Mestalla los andaluces se quejan de la expulsión de Darder en el minuto veintisiete y del gol anulado en la segunda parte. Sobre el gol no hay discusión, es cierto, aunque habría sido el 2-1, así que relaxing cup. Pero discutir la expulsión es como dudar de Tarantino. Cargar una patada con los tacos de arriba abajo a lo Old Pepe style sobre la rodilla del enemigo es roja Ferrari. ¿Rigurosa la expulsión? ¡Rigurosa la falta!

Lim Team

Pero la sensación de injusticia es siempre una cadena vertical. En Málaga se sienten impotentes, como nosotros en comparación con el Madrid€ y así sigue la escala hacia abajo, hasta acabar en el club más humilde de Primera, que se las llevará todas, porque se almacenan los agravios comparativos contra casi todos los equipos grandes. En fin. Errar es humano, y sin errores el fútbol sería un programa informático. El tema está en que sea lo más involuntario posible. Lo que sí parece que se está programando bien es el ordenador del Lim Team. Soberbio partido y golazo de Alcácer para celebrar su convocatoria, Feghouli haciendo de las suyas, Parejo con clase y esmero, Barragán centrando como los ángeles „por fin„, Piatti con clase inédita, y Gayà de lujo en todo€ únicamente Vezo tuvo algún lapsus en la segunda parte que arregló Alves como si llevara frac. Todos genial y enchufados. Es pronto para decir mucho y tenemos que pecar de prudencia más que nunca, pero€ ¡qué paz da ganar sin sufrir! No me acordaba ya€¡Y Nuno avisa que viene el crack! Se me han olvidado todas las injusticias de golpe.