Las vibraciones en Mestalla son ilusionantes. El ambiente es realmente perfecto. La grada está entregada al equipo y el equipo está entregado a la grada. Todos juegan y todos son buenos. El Valencia CF de Nuno navega impulsado por un viento favorable, que brinda el contexto perfecto para construir un equipo sobre la base más sólida que hay: los buenos resultados. Todo eso hay que gestionarlo en favor del fútbol.

Química en Mestalla

Nuno está dando los pasos adecuados para cumplir su objetivo: "Afición y equipo vamos a ser uno solo", insiste. Hacía tiempo que no se veía a la afición tan metida. Todo eso suma, transmite energía y brinda al futbolista el contexto idóneo estar feliz y más pendiente de su trabajo. Faltan exámenes ante rivales de más entidad, pero los cimientos del grupo ayudarán a afrontar situaciones complicadas. El marco actual es tranquilo. Las caras nuevas han producido un ambiente efervescente que se nota cuando te acercas al estadio. Novedades, hambre y victorias para que los jugadores nuevos, que no conocen el campeonato, y otros más jóvenes, crezcan y se asienten desde la confianza.

Identidad definida

El Valencia fue muy superior al Espanyol. Cuando quiso meterle una marcha más al partido, desbordó al equipo de Sergio. Aunque sí es verdad, que cuando los blanquinegros se relajaron o perdieron un punto de atención, se mostraron vulnerables. Lo mejor que se puede decir del Valencia a estas alturas es que sólo han hecho faltan tres partidos para que su estilo sea claro y reconocible. El ataque rápido tras pérdida rival, la verticalidad y la velocidad van a ser sus armas principales. Los valencianistas marcaron sus tres goles al contragolpe. El primero y el tercero, muy claros. Bien trazados. Presión, recuperación y salida en busca de la yugular del rival. Rodrigo demostró que puede hacer mucho daño gracias a su habilidad y cambio de ritmo. Piatti está fino y Alcácer es muy listo y aprovecha cualquier situación para buscar el gol. Domina los espacios y los ataca. La plantilla tiene jugadores a los que les gusta correr y buenos lanzadores. Esa mezcla puede ser letal. Una de las incógnitas que deberá resolver el equipo en las próximas jornadas es cómo funcionará cuando se enfrenté a enemigos que no le concedan espacio para correr. Cómo batirá líneas en estático.

El salto de André

El equipo ha dado un salto de calidad incorporando futbolistas con calidades complementarias y diferentes. En ese sentido, llaman mucho la atención las cualidades de André Gomes. El portugués es un jugador elegante y cuando va lanzado avanza con una zancada importante. La mezcla con Parejo puede proporcionar un salto en la zona de creación por llegada, visión de juego y último pase. Tienen cualidades parecidas, también complementarias, pero su competencia también debe obligarles a mejorar.

El pilar de la defensa

El rendimiento de la retaguardia también es notable. Llegarán pruebas más exigentes que está del Espanyol, pero por el momento podemos expresar sin temor que Otamendi es un valor seguro por su seriedad, personalidad y fuerza en el juego aéreo.