Ha sido una semana de encuestas que nos han permitido sondear el punto en que se encuentra el valencianismo después de ese partido de Almería en que el equipo alcanzó con mucho sufrimiento el objetivo marcado de estar en la pelea por la Champions. Aunque está claro que no es más que una pequeña representación de lo que es la afición del Valencia, llaman la atención dos conclusiones: la gente valora la aportación de Otamendi por encima de las palabras de su agente y hasta de su propio silencio, que dice mucho, y la gente no acaba de ver claro eso de que Radamel Falcao pueda venir a jugar al Valencia CF después de haber fracasado este último año en el Manchester. Para ser un sondeo que, como tal, está sometido a un margen de error, tanto lo uno como lo otro demuestran que el aficionado se ha identificado con el equipo como hacía tiempo, cree en el espíritu que ha representado el central argentino, en el criterio y la profesionalidad a la hora de plantear un fichaje y configurar un equipo, y no está dispuesto a que le den gato por liebre. Si Otamendi se quedase, tendrá el respeto de casi todos porque se lo ha ganado en el campo, más allá de que los números pueden confundir a cualquiera. Si Falcao llegase a jugar en el Valencia, tendría que ganarse en el campo el respeto de casi todos porque los números del pasado son eso, pasado, y el fútbol es presente y sobre todo futuro.

Falcao y Jackson

No hay límites

No sé si Falcao o Jackson Martínez acabarán jugando en el Valencia, pero hacer un equipo grande con futbolistas grandes es la esencia del proyecto de Peter Lim desde el primer día que tuvimos constancia de este señor de Singapur que quería comprar el club. No es el Valencia CF el que se ha de poner límites, para eso ya están los de la Liga y la UEFA.