Al final he terminado sucumbiendo ante el poder de la razón. Me gusta dejarme llevar y hacer lo que me pide el corazón porque pensar cansa, pero no he tenido más remedio que pensar y he llegado a la conclusión de que la gente tiene razón. Yo también perdonaría a Otamendi. El caso es que estaba más caliente que el palo de un churrero con el asunto del defensa argentino y las declaraciones que hizo el desagradecido de su agente, el tal Eugenio López. Tan caliente que pensaba que si mandara en el Valencia, no le haría propuesta alguna de mejora de contrato y le diría directamente que o trae los 50 millones de euros, o sigue en el Valencia con el contrato que tiene, que si no me equivoco, lo firmó él. Pero resulta que no importa lo quemado o caliente que esté yo, importa el Valencia, y para el Valencia, es bueno que siga Otamendi. No es bueno creerse el ombligo del mundo; tanto o más ofendidos que yo con lo que dijo el tipo en cuestión estarán los valencianistas, pero si es por el bien de su equipo, se tragan la ofensa y el orgullo. Casi 1.200 personas -un 75% del total- han votado en la página web de este periódico que perdonarían a Otamendi «si el jugador da una explicación a las palabras de su representante». Toda una lección de valencianismo que alguno debería tener en cuenta.

La ley en Mestalla

El contagio de la curva

El asunto de la Curva Nord es espinoso pero diré mi opinión. Las normas de seguridad en un estadio de fútbol las marcan la Liga de Fútbol Profesional y la policía. Las normas de una grada joven en un estadio, además, las tiene que marcar el propio club, quiero decir que es impensable que pueda haber un pedazo de Mestalla donde ´la ley´ no sea el Valencia porque de cara a la policía el Valencia sí es el responsable. Una grada de animación joven solo debe ser eso, una grada de animación, es decir, una gente se reúne los días de partido para animar al equipo, y para animar a todos los jugadores por igual. Don Preciso hace tiempo que murió y si la Curva desaparece el Valencia seguirá jugando igual, ganando y perdiendo, pero este año, ha habido días en que esta gente han cambiado Mestalla y su ambiente. Cuando nos hemos llenado la boca presumiendo de ser la mejor afición de España, algo tenían que ver ellos... Que no se extinga la llama.