La plantilla del Valencia Basket por fin dio una alegría al club y a la afición, pero sobre todo a ellos mismos y a su entrenador, Carles Duran. Un técnico que deportivamente se hizo cargo del equipo en unas circunstancias muy complejas pero que, además, en lo personal también ha vivido un año muy difícil.

Respeto... y cariño

Cierto es que ha cometido errores producto de la inexperiencia, pero no lo es menos que le sobran ganas, ilusión y coraje en el banquillo. Otros, en su situación, jamás hubieran aceptado el reto. Él lo hizo...y sin dudar. Sólo por eso se merece el respeto de todos, el cariño del club y el entorno debería llegar ahora. Este es el premio a un trabajo duro y a una entrega que, más allá de lo que suceda en el futuro, le colocan a la altura de Paco Olmos y Perasovic en el play-off. Los tres son los únicos que han llevado al Valencia Basket a las ´semis´ de la ACB.