Dos veces estuvo muy cerca de ser nuestra y cada nueva final de la Liga de Campeones es una buena oportunidad para medir dónde estamos y si realmente vamos por el camino correcto para volver a estar algún día ahí. Desde luego, más cerca que hace un año, seguro.

Entonces, lo que había era la declaración de intenciones de un millonario que soñaba con tener un club y hacerlo campeón de la Champions League, plasmada eso sí en cientos de documentos que pasaron todos los filtros y acabaron con Peter Lim en el palco de Mestalla. Hoy el sueño se ha transformado en objetivo y muchos de los deseos en realidades, en apenas unos meses el Valencia pasó de estar fuera de Europa a discutir la tercera plaza al Atlético hasta el último partido. A 180 minutos de volver a la Champions tras dos años de ausencia.

El salto es evidente y no habría sido posible sin el compromiso de un señor que se llama Peter Lim, que al menos hasta la fecha está fuera de duda aunque a menudo se le acusa de querer hacer negocio con el Valencia. Mientras unos decían por ahí que su oferta estaba descartada, que negociaba para entrar de accionista en el Milan o pretendía comprarle el Málaga al jeque, Peter Lim fichaba en Portugal a Rodrigo y André Gomes.

Cuando meses después todavía había quien aseguraba que daría la espantada y se negaba a presentar avales a Bankia, cedía a sus dos futbolistas para que jugaran en el Valencia y avalaba con su cartera el fichaje de Negredo. ¿Y ahora? Que nadie lo dude, Peter Lim está dispuesto a seguir haciendo negocio con el Valencia, invirtiendo en jugadores, y lo vamos a comprobar este mismo verano.

Ya se puede ir preparando Nuno porque va a tener un equipo muy bueno, pero una grandísima responsabilidad. En sus manos estará ese Valencia que quiere competir en la Liga de Campeones pero no puede quedar a 25 puntos del Barcelona.