Hace un año y medio, cuando empezamos a saber de Peter Lim, nos enteramos de que el millonario de Singapur había hecho crecer su naciente fortuna bursátil invirtiendo en el aceite de palma.

En 1991 depositó diez millones de dólares en la empresa Wilmar, especialista en la materia, para acabar obteniendo unos beneficios por encima de 600 millones. Una jugada maestra. Como empresario que es „y de los buenos„, Lim pretende rentabilizar de una manera parecida el crecimiento que planea para su Valencia CF. Sin embargo, como nuevo que es también en el mundo del balón, el asiático debe comprender que un club de fútbol no es una empresa al uso. Es muchísimo más complicada de gestionar. Más difícil todavía, si entre manos tiene una entidad con 96 años de historia a la espalda. No vale llamar cada seis meses a ver qué pasa. Me cuentan que lo de tirar para adelante el negocio del aceite de palma „el más utilizado en el mundo„ tampoco es una cosa sencilla, sobre todo, por la presión constante que significan las denuncias de los grupos ecologistas. Pero el fútbol y la exigencia de un feudo como Mestalla cada 15 días son otra cosa. No hay ninguna empresa comparable a un club de fútbol. Los últimos movimientos del señor Lim, rompiendo un aparente equilibrio de fuerzas en favor de Nuno y sacando del Valencia a tres personas que conectaban con el ADN valencianista „Salvo, Rufete y Ayala„ muestran su desconocimiento de la empresa futbolística. No todo se resume en números, en inversión o beneficio€ Aquí no se trata sólo de comprar a un joven valor, lucirlo en un escaparate llamativo y venderlo a un precio superior un par de años después. Desde hace mes y medio los tentáculos de Jorge Mendes se mueven demasiado por este camino. Error, Peter. En el fútbol su aceite de palma son los goles y su mayor beneficio será conformar un equipo que cada semana marque un gol más que su rival. Ese es el fin último, para el cual la conexión con la afición que le abrió la puerta y el trabajo coherente de una secretaría técnica desde criterios deportivos „no económicos„ son medios necesarios. Dos condicionantes esenciales sin los cuales el negocio, corre peligro€ ¡para todos!

Por eso, desde el punto de vista de un entrenador de los de toda la vida, de esos entregados por y para su club, no se entiende el empeño de Nuno por quedarse solo y expuesto a la ira de la grada si el sagrado baloncito dice que «así no», que así no entra. Míster Lim, la ampliación de capital es de aplaudir, pero cuide lo deportivo y dele así todo el sentido.