Antes de nada tengo que dedicar mis primeras palabras a mis tíos José y Sara, que estuvieron el miércoles en mi debut en Viena con mis padres y son dos de las personas que más me han ayudado a que ahora esté haciendo posible este sueño. Hoy estuve hablando con Orban en el gimnasio y me decía que de chico también le seguían sus padres allá donde iba y que no piense otra cosa. Que eso es muy bonito. Y eso es lo que creo yo. El día no fue tan duro. Por la mañana hemos hecho baño y masaje. La gente estaba cansada por el primer partido, yo también, es normal, aunque disfruté tanto que me hubiera quedado a jugar toda la noche. Por la tarde hemos tocado balón, que es lo que más me gusta. El míster está muy pendiente de mí, me dice que no tenga miedo a tener la posesión, que me la juegue, que me atreva a hacer cosas. La verdad es que estoy aprendiendo mucho. Esta gente juega a un nivel muy alto. Se nota en la circulación. Es una maravilla. Toca rápido, como a mí me gusta. Hablé con mi padre y le he dicho una cosa. Nunca voy a dejar de tener los pies en el suelo.

Esto es pretemporada

El ritmo de trabajo no para, tengo las piernas un poco cargadas. Como todos. Pero estoy muy feliz. Esto es por lo que peleo día a día y lo estoy disfrutando muchísimo.