No es mi vecina... la estimable Mati, de Matilde. Pero se llama igual: Maty. Y le gusta responder por Maty. Y así le llamaré yo a partir de ahora. Pues bien, a lo que iba, Maty estuvo en su primer día en el entrenamiento del Valencia y nos dejó buenas imágenes, buenas paradas, mucho trabajo para un joven debutante y luego un vacío descomunal en la sala de prensa. Bien, de eso, del vacío, hablaré al final de este artículo, no corre prisa. Ahora bien, lo de las paradas es otra cosa, más importante sin duda y de eso y de cómo afronta los partidos el australiano Maty Ryan es de lo que va este artículo.

Movimiento

Viene, como todos ustedes saben, para suplir la larga baja de Diego Alves bajo los palos. Y viene para jugar desde el minuto uno sin aportar aplomo o experiencia. Él es joven, muy joven para un portero con semejante examen por delante, pero por lo visto en sus primeras horas tiene un punto importante que lo hace diferente. En principio Maty destila ese aroma de gran portero pese a venir de Australia esquivando mil rocambolescas historias por el camino. ¿Conocido? Pues oigan, con sinceridad, y sin ninguna intención de hacer daño al nuevo fichaje del Valencia, estoy convencido de que en cuanto sonó su nombre por estos andurriales no lo conocía nadie más allá de César Izquierdo y de Pablo Leiva (dos locos y entrañables periodistas que siguen a todo quisqui ya sea otoño, verano, invierno o lo que sea... Tipos geniales).

El asunto

Bueno, a lo que iba, porque sí existe un dato que convierte a Maty Ryan en un fichaje muy a tener en cuenta. El australiano es un portero de cancha, que sale y entra de la portería, que juega bien con los pies y que da cierto empaque a la zaga. ¿Si eso es bueno o malo para el Valencia? Pues miren, de entrada, y sin correr el más mínimo riesgo de equivocarme, lo cierto es que la forma de entender el fútbol del jovenzuelo Maty no tiene nada que ver con la forma de entender el fútbol del veterano Alves. Diego Alves, ya saben, nuestro lesionado portero titular, es un derroche de reflejos y de habilidad. Ahora, seamos francos, al brasileño le cuesta un mundo salir de debajo de los palos, terreno en el que se hace fuerte y traslada esa fortaleza a sus compañeros.

La idea inicial

Bien, si atendemos las previsiones del Valencia CF, la idea es que un joven llamado Maty Ryan se haga con la portería desde el minuto uno y al menos hasta que el gran Alves esté recuperado de su grave lesión. ¿Y entonces? Pues entonces sucederá lo que tenga que pasar. Ahora bien, yo sí que tengo una cosa clara: una cosa es jugar con un portero que sabe manejar muy bien ambos pies y otra muy distinta jugar con un portero que donde realmente se encuentra cómodo es bajo los tres palos. Bien, si hubiera podido hacerle llegar a Maty alguna pregunta en su... ¿presentación?, le hubiera preguntado por algo parecido. Ojo, cierto es que él no se merece preguntas complicadas. Él acaba de llegar y está aquí para rendir desde el minuto uno. Tiene todo mi aliento para que su esfuerzo tenga generosa recompensa. Ahora bien, con Maty o con Alves, la forma de jugar del Valencia cambia como de la noche al día, ni mejor ni peor, pero sí totalmente diferente.