La Roma, romana pero cada vez menos romanista. Esa es la sensación que deja el primer lustro de gestión del fondo de inversión estadounidense, que en la primavera de 2011 desembarcó en la entidad capitalina. Las deudas asfixiaban al club en la parte final del ciclo de la familia Sensi y sólo había dos formas de salir adelante: reinvetarse o vender una de las ´marcas´ más poderosas del balompié mundial. Los italo-americanos han mantenido el status, han invertido, han gastado mucho dinero y hay en marcha un nuevo mega estadio. Su plan está preparado para salvar y modernizar el club hasta llevarlo a otro dimensión. Correcto. Sin embargo, su política deportiva no ha surtido el efecto deseado.

Pese a asentarse como primera alternativa al dominio de la Juve, el equipo avanza a golpe de fichajes, pero sin una filosofía clara. Siempre queda la sensación de que hay más capricho que un perfil que responda a una necesidad deportiva. Mientras, Trigoria (uno de las academias más importantes del Calcio) ha pasado a segundo plano. Sus productos son carne de traspaso, no son considerados y se ha roto la cadena que llevaba hasta Totti o De Rossi... más allá de Florenzi.

James Pallotta sabe de negocios; está por ver si brilla en el pasional fútbol italiano. Su director deportivo „Walter Sabatini„ ha apostado bien por jugadores como Nainggolan o Strootman. También lo intentó con entrenadores como Luis Enrique o Zeman y ha dado continuidad a Rudi García, pese a la mediocridad en la que se maneja en los últimos seis meses. Busca estabilidad y un salto con la incorporación de Salah o Dzeko. Roma no se levantó en un día, pero el contexto de la Serie A 2015/16 va a examinar su acierto en el proyecto. La renovación del Inter, el Milan de Mihajlovic, sus vecinos del Lazio, la Fiorentina de Paulo Sousa y el interesante Nápoles de Sarri van a poner a prueba si efectivamente hay una evolución o resulta que no había rivales hasta ahora.

Puede que Viviani no tenga el nivel, Lorenzo Pellegrini y Daniele Verde estén tiernos e incluso vender a Andrea Bertolacci por 20 millones sea un gran negocio. Pero traspasar a Alessio Romagnoli al Milan (25-28 millones), un central de selección italiana por una década, quizás sea demasiado. Phil Neville dejó una frase redonda en Kamen: «Jugadores como Gayà o Alcácer ayudan a conservar el ADN del club». La Roma sólo tiene seis italianos en plantilla (Destro no cuenta y De Sanctis es un bulto). Florenzi es el único producto de Trigoria, romano y romanista, que resiste. Y no es indiscutible pese a los méritos. Mientras, Totti y De Rossi envejecen sin un legatario o un interesado en su posición... todo es artificial, salvo Florenzi.