Deportivamente es una temeridad vender al líder de tu defensa a pocas horas de jugarte el proyecto en una eliminatoria complicadísima como la que enfrentará al Valencia con el Mónaco. Muy poderosas serán las razones por las que Nuno se vio obligado a prescindir de Otamendi en este amistoso montado en Mestalla única y exclusivamente para escenificar táctica y estrategia de cara a ese partido que a todos nos quita el sueño. No puede ser otra más que la negociación está tan avanzada que no admite riesgos de ningún tipo. Para el comprador ni para el vendedor.

JUSTIFICACIÓN

SOLO LOS 50 MILLONES

A Otamendi se le da da por perdido desde que manifestó du deseo de irse, aunque si se confirma la venta en las próximas horas lo menos que se puede exigir a los dirigentes del Valencia es que sea por absoluta obligación, es decir, porque el club que se lo lleva cumple con el contrato y paga el valor de la cláusula, esos 35-36 millones de libras que vienen a ser los 50 millones de euros. Sólo así tendría cierta justificación arrebatarle a Nuno un jugador tan importante cuando en los próximos diez días le vamos a exigir que meta al equipo en la Champions sí o sí. Cualquier otra película que se inventen Jorge Mendes y Eugenio López habrá que analizarla muy bien a cámara lenta y visionarla todas las veces que haga falta. Si aquí tratan de ocultar el precio, en Inglaterra seguramente no lo harán.

¿Y DESPUÉS?

REFORZAR EL EQUIPO DE VERDAD

El aficionado también da por perdido a Otamendi y una vez se consume la venta le quedan dos cosas: que su club cumpla la palabra y sea por los 50 y que el dinero se invierta en reforzar al equipo de verdad, aunque lo de la defensa va a ser complicado.