De Otamendi hace tiempo que no esperaba nada. Dijo que se quería marchar y no ha forzado más de lo que por ejemplo forzó Mathieu el verano pasado para irse al Barcelona. ¿Decepcionado? ¡Mucho! Escribe esto alguien que solo hace unos meses salía en esta misma página imitando su saludo de General...Y escribe esto alguien que quedó profundamente marcado por el asunto Mijatovic. Hace unos meses cumplí 41 tacos y cuando miro atrás me doy cunta de que hay situaciones que tengo grabadas a fuego, y entre ellas, está el momento en que un amigo que trabajaba para el que entonces era un consejero del Valencia me dijo: «Carlos, Mijatovic se´n va al Madrid, he vist el fax...». Pues eso, que a los futbolistas les pido profesionalidad mientras vistan la camiseta del Valencia, que lo del amor eterno lo dejo para los aficionados, pero eso es una cosa, y otra no hacer según qué reflexiones. Y la primera es que a pesar de tanta decepción y tanto futbolista que está de paso, voy a seguir ilusionándome cuando el Valencia tenga uno bueno, y voy a seguir presumiendo de que Alcácer y André Gomes juegan en mi equipo. Dicho esto, el Valencia tiene que explicar muchas cosas. Por ejemplo porqué ha esperado a vender a Otamendi dos días antes de la previa de la Champions y porqué no lo vende por 50 millones. La gestión de los tiempos que han hecho Nuno y Lay Hoon deja bastante que desear y solo espero que no termine afectando a algo que está muy por encima de Mangala, de Otamendi y de los 40 millones que el City paga por él, y no es otra cosa que la previa de la Champions. Y me pregunto si todo lo que ha pasado en la Ciudad Deportiva en los últimos días no terminará afectando al vestuario y si Nuno sigue pensando que se puede ´gobernar´ un vestuario profesional única y exclusivamente desde el poder. Otamendi ha ido a la suya pero no ha engañado, lo que ha hecho es decepcionarnos. Él no es el culpable de que a dos días de la previa tengamos que hablar y escribir de su salida y no de que el Valencia se juega la vida el miércoles. No trato de decir que a los actuales gestores les importe un pimiento el Valencia y su afición y que van al negocio y todo eso, simplemente digo que no han sabido gestionar la salida de Otamendi en lo social, más allá de que analizada en frío es una buena operación en lo económico. Por cierto, bienvenido a Valencia Mangala. ¡Y que tiemble el Mónaco!