El otro día me decía alguien que se sentía orgulloso de haber participado en la creación de la Curva Nord, que aunque Don Preciso hace tiempo que murió, la podemos considerar algo así como el motor de Mestalla. Venía dándole vueltas a esa conversación en el coche mientras sonaba el disco del Robe y me llamaba la atención con qué poco puede uno ser feliz. La conclusión era clara, cuando quieres algo de verdad no necesitas más protagonismo que el de estar satisfecho. No hacen falta reconocimientos públicos porque sobra con la sensación de acostarte feliz por haber, por ejemplo, ayudado a tu equipo de fútbol. Los que lleven algún tiempo soportándome sabrán que de vez en cuando me pongo moñas y hoy toca a saco. Lo de hoy es moñas total, porque esta puede ser la noche que tanto tiempo llevamos hablando. Y se supone que si el Valencia vuelve hoy a la Champions se lo tendremos que agradecer con todo el cariño y la sinceridad del mundo a los jugadores, a Nuno y a Peter Lim. A los ayudantes de Nuno, a Lay Hoon y al risueño Kim Koh. Y también a Amadeo Salvo y a Rufete. Incluso a Otamendi y a todos y cada uno de los empleados del Valencia. No me atrevo a escribirlo pero no sé si habría que agradecérselo a Jorge Mendes...

Hasta al Macanudo Pizzi, que lo dejó todo y apostó por el Valencia. Pero no, no van para ellos estas ´cuatro letras arrejuntadas´ni tampoco este agradecimiento en general. Hoy me acuerdo del colega que está satisfecho porque colaboró a crear la Curva Nord y me dirijo a cada valencianista para recordarle que, de una manera u otra, todos hemos puesto nuestra pequeña piedra en esta gran pared. Si una vez estuviste recibiendo al equipo en Mestalla, tú también has colaborado, si has pasado una noche sin dormir pensando en el viaje del día siguiente, has colaborado, si has sufrido con la salida de Otamendi, has colaborado como el que más, y si durante el partido en Almería de la temporada pasada estabas más blanco que la pared y tenías más miedo que el hijo de Van Gaal llegando a casa con cuatro asignaturas suspendidas porque creías que hacía falta un milagro para ganar ese partido, no lo dudes, hoy se verán recompensadas todas tus plegarias. Si rugiste como si fueras campeón de liga con el milagroso gol de Paco, has colaborado. Y si tienes entre las cejas libertad, no ve vayas a dormir que aún es de día.