El. El hombre. El máximo accionista de la mercantil Valencia Club de Fútbol SAD. Hablo de Peter, Peter Lim para la mayoría de los aficionados al fútbol. Y sí, Peter debe estar contento. Su equipo -ese por el que tuvo que negociar con Bankia hasta extremos impensables- ya está en la fase buena de la Champions. Y está por méritos propios. Se cargó al Mónaco con todos los honores. ¿Que al final lo pasó duro? Pues claro, lo normal, el Mónaco es un equipo hecho y derecho, más rodado que el Valencia en estos momentos , jugaba en su campo y con un golito más, hubiera llevado la eliminatoria a la prórroga. Pero no se dio. Se lo cargó un 'juvenil' Valencia. Y don Peter....

Ese gesto

Sí, don Peter, una vez pitó el árbitro el final del duelo, se acercó a saludar a los aficionados valencianistas que se desplazaron a finales de agosto al templo del fútbol monegasco. Y lo hizo de buena fe, sonriente a su estilo, mirando más que viendo y yo espero que ese simple gesto le haya servido para sacar sus propias conclusiones. ¿Conclusiones? Pues sí, y la primera de todas, la primera de la que debería tomar nota el nuevo presidente, es del sentimiento que desprende esta afición orgullosa y revoltosa -oigan, sí, los valencianos tenemos un toque revoltoso, yo al menos les aseguro que sí lo tengo, pero sin dramas- que acompaña a los colores blanquinegres allá por donde quiera que vayan.

Todo en uno

Doy por hecho que don Peter es un tipo listo, muy hábil en los negocios pero a la vez muy enamorado también de este deporte europeo -destaco lo de deporte europeo porque estamos hablando de un tipo de Singapur- llamado fútbol que es capaz de mover por sí sólo la ilusión de todo un pueblo. Cuando Lim se acercó a saludar a la hinchada valencianista pudo comprobar la inmensa alegría que desprendían ese grupo de aficionados que las pasaron canutas para lograr las entradas. Y sí, como doy por hecho que don Peter es un empresario listo como pocos, estoy convencido de que habrá tomado buena nota del pálpito que desprende un equipo de fútbol llamado Valencia, que es mucho más que un simple equipo de fútbol. Valencia, don Peter, el Valencia, es mucho más que un simple equipo. Es cierto que nos liamos a guantazos entre nosotros mismos con cierta facilidad. Pero no es menos cierto, don Peter, que esos 'guantazos' pasajeros se convierten en abrazos rotundos a la primera oportunidad.

Y Negredo

Don Álvaro se marcó un partidazo. Partidazo por su participación, por su acierto -el gol que se marcó es pieza de coleccionistas-, por su buen fútbol y por su extrema implicación. ¿Y? Pues que yo me alegro por partida doble o incluso triple. Me alegro por el Valencia -su presencia abre los esquemas ofensivos de forma notable-, por el propio Álvaro -necesitaba reencontrarse así mismo y parece que lo ha hecho- y me alegro también por mi apuesta en la radio. Sobre este último punto no les voy a ser muy detallista. Ahora bien, sí diré que Negredo siempre ha sido una apuesta mía de forma innegociable. Vale, sí, lo admito, es pronto para lanzar los cohetes. Pero si quieren saber por donde andan mis tiros les pediré que hablen del tema con Ximo Rovira, Carlos Bosch o Gauden Villas. Cualquiera de ellos lo sabe. Cualquiera de ellos sabe que detrás de ese golazo en Mónaco anidaba una sonrisa mía. Y seguirá anidando.