Mestalla sólo ha visto un triunfo de su equipo entre los cuatro partidos oficiales más el amistoso de pretemporada que se han disputado en lo que llevamos. Diría más, Mestalla no ha disfrutado del juego de su equipo en uno solo de los partidos disputados en casa. Nada que tirarse a la boca. El Valencia no hizo nada distinto, diferente o extraordinario para batir a un fival con diez hombres desde el minuto 2 de la segunda parte. Equipo plano con lo justito para no parecer un desastre, pero a años luz de ser un equipo aspirante a la excelencia de los cuatro primeros puestos.

El Valencia me recuerda a mi nevera cuando se averió en verano. No estaba rota del todo pero enfríaba cuanto apenas. El Valencia fue eso. No estuvo roto del todo, pero no funciona casi. No es suficiente lo que ofrece. ¿Qué ha pasado para que este equipo haya dejado de ser un martillo que -aún sin mucho fútbol y por físico- competía y casi siempre doblegaba a sus rivales?

No sabemos hasta qué punto la expulsión de Dani Ceballos no causó aún un incendio mayor. Porque si contra diez jugadores en 43 minutos eres incapaz de ganar, igual contra once te hubieran pintado la cara. Y ahí el incendio hubiera sido mayúsculo. Y aún con un empate a cero y sin derrota, o cambia mucho la cosa o Lim, Meriton, Mendes y Nuno tienen un problema. Porque de seguir este ambiente, por mucho que Nuno tenga tres años más firmados, esto no lo soporta ni el Tato.

Y ojo, no quito ni pongo rey. Nuno planteó una batalla y la ganó. Pero muy probablemente ha perdido la guerra. Salvo, Rufete y Ayala eran muy queridos por la grada, lo mismo que Kempes. Demasiados frentes abiertos. Y si encima la pelota no entra la cercanía al incendio es permanente. Y tengo dudas sobre algunas de las cosas que hace el entrenador, como descartar a Negredo o seguir confiando en Rodrigo. Pero también es verdad que aquí los que juegan al final son los futbolistas.Y ellos también deben empezar a mejorar sus prestaciones para que cada partido no sea una digestión pesada en Mestalla.

Y sobre todo, no tomar a la gente por ignorante. Que se agoten los argumentos para justificar malos partidos no puede conducir a razonamientos que no convencen a nadie. Que tome nota Nuno de un entrenador que había aquí hace años. El fútbol de su equipo no gustaba, pero las ruedas de prensa multiplicaban el cabreo del respetable, y no sé por qué, me da que en este divorcio pesa lo futbolístico, pero cada vez pesan más otros argumentos.