Viendo lo que hacen los delanteros del Valencia en el campo y a un tal Aritz Aduriz es obligatorio plantearse que algún misterio tiene que haber para que un tipo con casi 35 ´tacos´ más que correr parezca deslizarse por el césped, y a la mínima te pone la vacuna, mientras los demás arrastran alguna pesada losa y además delante de la portería no dan ni una. Llámalo Dios, llámalo energía, llámalo trabajo? De todo tiene que haber cuando el equipo de Nuno presenta a estas alturas unos números tan pobres y se mueve en mitad de la tabla solo gracias a las intervenciones del portero, pues por fútbol y por goles su sitio estaría todavía más abajo.

Por más que se empeñe el entrenador en defender lo contrario, será lo que tiene que hacer en su posición, a la primera acumulación de partidos se ha visto que no hay suficiente para disputar los partidos al cien por cien, que es como antes ganaba. Si rota, hay jugadores que no están para dar el nivel. Si no rota, cuando el equipo quiere jugar lo hace a un ritmo que no es el que necesita, encima los jugadores se lesionan y acaba perdiendo igual, incluso después de ponerse por delante como en Bilbao. Y lo peor es que no nos viene por sorpresa.

Lee más opiniones de Julián Montoro aquí.