Nos hemos clasificado ya para la Francia? Pues hala, con Dios. A ver si podemos tener la fiesta tranquila ya, aunque tampoco alcemos las campanas al vuelo, que se ha clasificado hasta Islandia. Lo de una fase final con veinticuatro equipos es un poco un suma y sigue, un toma y daca, un mear y no echar gota, un empezar y no acabar. Está más emocionante la redada del FIFAgate, con Blatter y Platini en las cuerdas, que el negocio que han montado alrededor de este bendito deporte. Reza el célebre dictum de Lord Acton que «el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente». Desconocemos los recovecos y ahora dicen que suena Villar, pero a los aficionados nos da la sensación de que habría que cambiar hasta al apuntador.

Alcácer gol

Lo importante de la Selección es que marcó Alcácer. Dos goles, dos. Yo no sé qué más tiene que hacer ese chico para que se entienda que, hoy por hoy, debe ser titular indiscutible del equipo. Bueno, de los dos equipos. No se pueden aprovechar más los minutos de que dispone, pero lo relevante es que las alternativas no acaban de demostrar que pueden dar más prestaciones que él. Está claro que los delanteros necesitan confianza y viven de rachas, pero la paciencia está muy relacionada con los resultados. Si el resto del equipo responde, el delantero tiene más margen para pescar. Pero si todo va mal, hay que hacer cambios y el delantero tiene todas las papeletas. Negredo puede dar mucho, entre otras cosas experiencia en grandes lides. Pero empieza a sonar el tic-tac. Y no, no es el Big Ben. Es Little Paco, que pisa fuerte.

Fichajes

Nos preguntamos últimamente si hay que ir al mercado de invierno a fichar las carencias que tenemos. Que la planificación ha sido un caos no lo dicen los periodistas, lo dice la clasificación provisional y las sensaciones del día a día. Pero claro, si vamos a seguir fichando como hasta ahora, será peor el remedio que la enfermedad. Nos traemos a chavales desconocidos que tienen que foguearse, pero este no es un club vivero ni un equipo de pruebas. Es un equipo con necesidades históricas de victoria. Si lo que viene no mejora lo que había, apaga y vámonos. Ahora suena Yacine Brahimi. Del Porto FC, para variar, aunque no de Mendes. No digo que no sea bueno. Tiene pinta de ser un extremo eléctrico y desequilibrante. Pero pregunto, ¿eso no lo es ya Bakkali, nuestro flamante descarte en Champions? Yo creo que de extremos vamos servidos: ¡lo que echo de menos es un líder!

Salsa

Mustafi, todo un ejemplo de lo que debe ser un fichaje bien parido, ha dado la clave: «Para el Valencia ficharía a Götze». Correcto. No digo que tenga que ser él, pero ha llegado un momento en el que las promesas de jugadores no tienen más cabida. Tenemos superávit de futuras figuras. Lo que necesitamos son figuras contrastadas, gente que pueda ayudar a los que ya están a mejorar...¡y competir! Al final se trata de eso, de ser competitivos y sacar mejor rendimiento que los demás. Y un tío que ha marcado el gol de la Final de un Mundial es un Iniesta en su país. Y además la novia da que hablar en las redes. Eso es un extra que ayudaría a que se hablara del equipo en la salsa rosa. No es que me guste, pero si de otros figuras se está dando la matraca a todas horas, también deberíamos ser competitivos en eso. En dar que hablar.

Marketing

Esto es como lo de la camiseta. Dice el director de marketing del Valencia que «diez millones de euros es la cifra que consideramos justa por los derechos que lleva aparejado ser el main sponsor del Valencia». No digo que no los valga, pero si divides la cantidad entre las dos temporadas que no tenemos patrocinador la cuenta de la vieja dice que a lo mejor con un valor de cinco ya habríamos ingresado esos diez. No se sabe. En cualquier caso, no hay nada que alivie más la conciencia que no tener prisa en ingresar los ‘titos’. Está claro que la estrategia es incentivar la teoría de la escasez Así, cuando se vendan será porque están bien vendidos, y con coherencia con las ideas. Ayudaría mucho al objetivo ganar algún título, jugar finales, competir hasta el final en cada partido. Y también que la camiseta la vistiera algún crack mundial en forma de fichaje.

Cambio

Ahora lo prioritario es recuperar al equipo. La derrota de Bilbao recuerda a las dos primeras salidas del equipo de Djukic, sendos 3-1 en Cornellà y en el campo del Betis. Perder puede perder todo el mundo, más faltaba. Miren a Brasil y Argentina este finde, sin ir más lejos. Pero no conviene acostumbrarse, hay que cambiar la rutina si queremos ver el sol. De momento observamos que, cuando las cosas van mal, el entrenador no cambia el partido, cambia jugadores. Esperemos cambios tácticos. Lo de centrar balones a la olla sin ponerla en el sitio es sintomático de que algo no va. Viene bien que haya un psicólogo en la plantilla, para no tener que necesitar un psicólogo para todo Mestalla. El sábado, el Málaga. Buen día para dejar de fumar.