Es una verdad irrefutable que en el deporte los resultados son lo primero. No hay nada más importante que ganar. Esa es la ley fundamental y, en base a la misma, es justo reconocer la mejoría experimentada por el grupo que entrena Nuno Espírito Santo con las victorias frente al Málaga y el Gent. La vida es otra cosa, pero en el fútbol el fin justifica los medios, siempre que los segundos no se salgan de los cauces del juego limpio. Y con todo eso cumple el Valencia CF. Hasta aquí todo correcto. Ahora bien, cuando el argumento que nos queda es el de «hemos ganado», el día que «no hemos ganado» todo se viene abajo como un castillo de naipes, con el consiguiente enfado de quienes se dejan su dinero, su tiempo y su salud por estar al lado del Valencia. Es esta una lógica fácil de comprender, a pesar de que por esta ciudad proliferan los pelotas de turno que prefieren no entenderla y salir con esa cantinela de que «la afición valencianista es extremista y poco paciente». Desde el Amazonas a Mongolia, desde Alaska a Singapur... la creación futbolística que, generalmente, ofrece al mundo el equipo de Nuno desespera a cualquier terrícola que se atreva a pasarse 90 minutos delante del televisor. Si, por ahora, algo ha impresionado a los que vemos al Valencia, desde aquí o a miles de kilómetros, ese algo son tres futbolistas: Jaume, Feghouli y André Gomes. El primero ha caído del cielo como una auténtica aparición mariana. IMPRESIONANTE, así se resume lo del ´gat´ de Almenara. INCOMPRENSIBLE es lo del segundo, que el argelino aún esté sin renovar ha pasado a ser un fenómeno paranormal, más digno del programa de Iker Jiménez, rey del misterio, que de un club de fútbol con una planificación deportiva ordenada. Para el tercero se acaban los adjetivos. André es el hombre. El elegido. Por él pasan las posibilidades de ver un Valencia regular, consistente y convincente, un equipo que, de una vez por todas, dure en el campo más allá de primeras partes (punto clave para competir el domingo con el Atlético). Un equipo que gane y se cargue de argumentos para seguir ganando y hacer feliz a su gente. Peter Lim se lo dijo a Salvo y Aurelio, Kim a Gustavo y Layhoon nos lo dijo a todos. Más pronto que tarde, míster Lim quiere «un Valencia que luche por la Champions». Un objetivo que ganará en credibilidad de la mano de André. Desde Baraja Mestalla no ha visto un ´8´ de tanta categoría. Por calidad, por edad y hasta por un criterio comercial, el ´21´ tiene que ser INTRANSFERIBLE de por vida (deportiva) en el proyecto Lim. No se vende.

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