El paso atrás que ha dado el Valencia en los últimos meses se hace evidente en este partido del Calderón, donde la temporada pasada el conjunto de Nuno Espirito Santo fue un equipo de verdad, jugó a lo que sabía y sabía a lo que jugaba, y eso le valió para llevarse un empate que todos calificaron de valioso. Como muestra, una reflexión del entrenador al final de aquel 1-1 el pasado 8 de marzo: «Era un partido que por el medio campo era difícil jugar y lo que intentamos es jugar por fuera». Vamos, todo lo contrario a lo que intentó hacer esta vez para sorpresa de propios y extraños, especialmente de los primeros. Él sabrá por qué decidió cambiar esta vez el plan, pero desde fuera da la impresión de que vive más preocupado de lo que dicen los periodistas que de lo que hacen los jugadores. Al menos tuvo el detalle de reconocer que quizá se equivocó de planteamiento, algo bastante insólito en su manual, pero no deja de ser un indicio más de que las dudas del equipo son en gran parte las suyas propias. Igual esto no se arregla solo trabajando más, sino trabajando de otra manera.

Lucas, hasta luego

Fue una noche de cuchillos en Valencia con el resultado de que Lucas Alcaraz no llega vivo al Derbi del próximo sábado en Mestalla, después de caminar por el alambre durante nueve jornadas en las que consiguió con el Levante unicamente una victoria y tres empates. En esos mismos nueve partidos el Valencia ha ganado tres, con un presupuesto y una inversión en fichajes desproporcionadamente superior, así que viendo las barbas del vecino afeitar, lo mejor que puede hacer Nuno es poner las suyas a remojar. Tiene un equipo que aspira a muchas cosas y no puede seguir repartiendo alegrías por la Liga. Ahora sí, la brecha con los de arriba empieza a abrirse.

Errores

Al Valencia le cayó como una losa el primero del Atlético, después de que los dos centrales fallasen en cadena dejando a Jackson solo ante Jaume para fusilarlo a placer. Aunque si era el primero fue solo porque antes el propio Jaume ya había sacado más de uno y más de dos. De lo que no se puede quejar Nuno esta vez es de la falta de acierto de sus hombres, que no fallaron ocasiones porque no las tuvieron. Salió a jugar con dos delanteros, con la curiosidad de que entre ellos no estaban ni Negredo ni Alcácer, los dos sobre los que se había construido el debate semanas atrás. El primer disparo a portería fue prácticamente el penalti de Paco y, por no llevar peligro, el Valencia no lo creaba ni a balón parado.

Licencia

Fruto de ese planteamiento que a posteriori generó dudas al propio entrenador, el Valencia se vio asfixiado por la presión del Atlético, sin salida por ninguna de las bandas ni por el centro por mucho empeño que ponía André Gomes. De la intensidad con que se empleaban unos y otros, ni hablemos. Y de la licencia para pegar que mantiene el equipo de Simeone, poco más se puede añadir que no se haya dicho antes. Hay otro reglamento para este equipo. Si Mustafi saca el balón pero golpea también al jugador es amarilla; si la patada es sin tocar balón y directa al tobillo pero cambiamos a Mustafi o Enzo por Tiago, no lo es. Y la tarjeta para Gabi, como siempre, en el minuto 93.

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