La noche de Halloween puede ser realmente terrorífica para Valencia o Levante, que juegan el Derbi en horas bajas. De hecho, ambos llevan más de uno y dos sustos en lo que va de curso. Se puede discutir sobre cuál de los dos está más por debajo de sus expectativas, pero la realidad es que son los granotas quienes llegan colistas y con entrenador nuevo. De todos los atractivos, la presencia de Rubi es uno de los principales del gran duelo del ´cap i casal´, aunque la mayoría de las ojos no van a estar precisamente puestos en el banquillo visitante. El que mejor sepa adaptarse a unas circunstanciales ambientales tan especiales va a tener mucho ganado en un choque que puede ser determinante para unos y para otros. El Derbi del que menos se ha hablado durante la semana previa se perfila como el más apasionante.

Rubi ganó en el sprint final

se reabre un nuevo horizonte

Rubi ha demostrado ya en los pocos días que lleva que la coherencia es una de sus banderas y que el Levante irá a mejor a poco que su mensaje vaya calando. El catalán, y así lo ha hablado tanto con Manolo Salvador como Quico Catalán, está dando muestras en sus primeros entrenamientos de que lo de optimizar recursos no es un mensaje de cara a la galería. Para muchos futbolistas hasta ahora infravalorados se abre un nuevo horizonte, incluso también para esa afición tan hastiada de lo que veía y sentía. Pese a que Luis García, por el que a la postre no se llegó ni a pasar una propuesta oficial, también estuvo en liza, el sprint final fue entre Rubi y Francisco. Dos entrenadores jóvenes y de nuevo cuño para que en el Ciutat entre aire fresco después de dos años con ejemplares de la vieja guardia. Ganó Rubi, por cierto, porque en todos sus equipos ha cumplido los objetivos y porque, entre otros, contó con el aval de un exgranota de tanto peso como Tito, al que le une un pasado común en Foietes.

Alcaraz: una salida muy fea

de la despedida... a la carta

Como no podía ser de otro modo desde la rueda de prensa en la que en realidad no hizo más que salir a defenderse, la salida de Alcaraz para nada ha sido limpia. El granadino, que ha cambiado por una carta su idea inicial, optó por la autodestrucción, aunque ha sido fiel a sus ideas hasta el último día, sobre todo en privado.

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