Como lo de Luis pintaba imposible, Manolo se centró en Rubi y Francisco, pero el primero fue tan convincente en el cara a cara que al segundo ni llegó a llamarlo. A Rubi le sobraron avales para ganar la carrera por el banquillo del Levante, en la que se impuso sobrado no solamente por curriculum sino por la seguridad que demostró ante el director deportivo y el presidente en la primera entrevista. Por encima de otros detalles, hoy por hoy lo que le distingue del resto no es que crea en lo que hace, que por supuesto que también, sino sobre todo que cree en lo que tiene entre manos. Y eso es una gran noticia, tanto para el club como para el vestuario. Era necesario un talante así.

Con ideas muy interiorizadas

Sin distinciones en el equipo

Lejos de echar por tierra todo lo que se ha encontrado, que fue precisamente el primer error que cometió Lucas cuando llegó, Rubi ha interiorizado la necesidad de sacar el máximo rendimiento posible a los jugadores que tiene a su disposición, con independencia de los retoques de invierno. Evidentemente es imposible que los recupere a todos, aunque de entrada no está haciendo distinciones y como reconoce Rubén esa «confianza» hacía mucha falta. También en el club ha bajado el nivel de crispación, mientras que de cara a su primer partido es un hecho que va a tener a favor a la afición. Por un lado, la Delegación ha recogido el guante que le lanzó ayer. Por el otro, la nueva propuesta de juego ha caído como agua de mayo.

Esta tarde, victoria obligada

Ojo con las lecturas de derbi

Miel sobre hojuelas, pero mucho ojo, que el Derbi dejó lecturas muy preocupantes, desde el resultado a la fragilidad defensiva. Ganarse al club, al vestuario y a la afición no servirá de nada sin buenos resultados ni triunfos tan obligatorios como el de esta tarde contra el peligroso Depor.

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