El Levante no sólo ganó, sino que lo hizo rompiendo a jugar, que es sin ninguna duda noticia y además de alcance. Aunque con una victoria normal y corriente habría sobrado, los granotas confirmaron las sensaciones de los dos primeros partidos de Rubi, quien todavía se lamentó en rueda de prensa por la indecisión de no haberse ido a marcar el cuarto gol. Con un discurso que suena como música para los oidos pero con los pies en el suelo, ya que esto será largo y difícil, el Levante fue otro con bastantes de los que al anterior técnico no le servían ni para tacos de escopeta. A la espera de un fichajazo como es Cuero y del resto de retoques, por primera vez en mucho tiempo hay licencia para soñar.