Son dos maneras de vivir el fútbol, de entender el fútbol. El Gante -digan Gent si así lo prefieren, tanto da- es un equipo belga recién llegado a la élite europea que se coló en la Champions League casi de rondón y que a estas alturas de la competición tiene casi asegurado pasar a la siguiente fase. Y el Valencia CF, nuestro Valencia, llegó a la competición casi casi en plan chulito, encantando con el grupo que le había tocado y con el cartel de favorito colgando del cuello de manera alocada. Y sí, el fútbol siempre llega cargado de sorpresas. A estas alturas de la competición un Gante en fase creciente tiene en su mano dejar en la Uefita al Valencia. El palo para el Valencia es descomunal. Simplemente no ha estado a la altura.

No funciona

Miren, lo más llamativo del Valencia es su situación de desamparo actual. Su entrenador piensa que jugaron un gran partido ante el Zenit cuando en realidad fue un equipo que respiró lo justo por la escasa exigencia que tenía enfrente. Te dejaron la pelota y el Valencia, un mal Valencia, no supo en ningún momento lo que hacer con ella. Así las cosas, el resultado final se antoja correcto para todo el mundo menos para Nuno, que sigue viviendo en una especie de paraiso artificial futbolero muy alejado de la verdad. El Valencia está plano. No sabe lo que hace en los partidos ni lo que quiere. El equipo es un desastre, pero su entrenador está contento con el trabajo desplegado. En estas circunstancias comprenderán que la distancia entre el actual entrenador y los jugadores es en estos momentos abismal. Y los ojos de los aficionados empiezan a mirar a Peter Lim de forma desconsolada.

Lo del Gante

No, no piensen que el conjunto belga jugó un gran partido ante el Lyon. Fue un duelo muy parecido a lo que está sucediendo en la competición. El Gante era en teoría el equipo más inferior del grupo para todos sus rivales -incluyo al Valencia- pero dio la gran sorpresa y se impuso ya con la hora rebasada al conjunto francés. Y sí, con ese resultado el martes futbolero se convirtió en un martes de ceniza para el equipo valencianista. Por sus propios deméritos y por el sorprendente mérito del conjunto belga. Miren, el Gante llegó a la Champions como de rondón y sin creer en sus propias fuerzas. Pero ha hecho lo mismo que le sucedió en la liga belga. Poco a poco fue creciendo, encadenando resultados positivos, y ahora tiene en su mano, en sus dos manos para ser más exactos, meterse en la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Como despedida recibirá en su campo al Zenit, que ya no se juega nada en ese envite. Y sí, el modesto Gante es el claro favorito para dejar al enrarecido Valencia en el camino.

Fue un palo

No se cómo lo están viviendo ustedes pero sí lo que siento por dentro, la desazón absoluta, la tristeza de años, la soledad de un seguidor valencianista fuera de tono. Miren, si les tengo que ser sincero, tengo claro a estas alturas que la solución a los males del actual Valencia pasan por Singapur y no por Portugal. Y lo digo en doble sentido. A mí no me valdría tirar a Nuno a la calle y traer un nuevo Nuno de la mano de Jorge Mendes. La solución no está en Mendes, está en Peter Lim de forma directa. Y sí, a mi me pasa lo mismo que a todos ustedes. No sé lo que piensa Lim ni sé como se mueve Lim en el mundo del fútbol sin el OK de Mendes, pero debe hacerlo. Al fin y al cabo, un equipo de tan escaso recorrido como el Gante te va a mandar fuera de la Champions con absoluta justicia. Y que eso suceda de forma tan descarada es grave. Y que no pase nada si eso sucede, más grave todavía.

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