Así hay que afrontar lo de esta noche. Porque si uno se para a pensar, da ganas de recoger el montante y largarse. Pero el fútbol nunca se sostuvo ante la lógica. Siempre hubo un momento para que la sinrazón -deportivamente hablando- extendiera su reinado entre los millones de los poderosos.

El Valencia hizo saltar un montón de veces la banca -cada campeonato logrado por los de Mestalla ha sido siempre un directo al mentón del sistema establecido- y esta noche tienen que «picar piedra» en esa dirección.

No nos engañemos, está en chino. Pero en chino y con mala letra -que es más complicado de leer-. El Barça se vuelve a cruzar en la exitosa trayectoria de Voro como técnico interino con amenaza de practicar una destroza importante.

Pero desde la noche de los tiempos, el fútbol estuvo trufado de episodios en los que David se zampó a Goliath sin pestañear. Desde el Maracanazo Uruguayo en 1950, hasta el centenariazo del Depor en el Bernabeu, pasando por aquella última jornada de la temporada 82-83 en la que el Madrid líder fue doblegado por un Valencia colista que eludió de esa manera el descenso a segunda.

Lo de hoy pinta parecido. Tiene aroma a gesta aunque haya dudas sobre la implicación de la plantilla. Pero hoy hay jefe nuevo en el palco mirando. Y cuando el jefe nuevo llega a la oficina, ese día toca ponerse la camisa nueva y planchadita.

Así que ese hándicap juega en contra del Barcelona. Aunque no voy a engañarles -o no voy a «insultar su inteligencia» que diría Gary Neville-, ese hándicap juega en contra del Barça, pero hay otros muchos que juegan a favor de los azulgrana. Así que ese debe ser precisamente el punto de partida ¿Qué tiene el Valencia que perder con diez bajas ante un Barça arrollador? ¿Ustedes lo saben? Yo se lo digo: NADA. No tiene nada que perder. Como mucho tres puntos en la jornada 14 de liga cuando todavía quedan 24 por disputarse.

Así que toca día de apoyo desde la grada. Hoy el equipo lo necesita más que nunca y les puede dar aliento en los momentos difíciles de partido -que los habrá-.

Por cierto, acabado el partido comenzará de verdad la era Gary Neville. Alguien que debuta como entrenador en un primera -recuerden el caso Pellegrino- es una apuesta arriesgadísima. Lo que es innegable es que buscaban liderazgo y carisma -Lay Hoon dixit-, y es lo que han fichado. Eso sí, las ruedas de prensa son palabras, soy consciente. Ahora llega lo más dificil, apoyar las palabras con hechos. Hay que desearle suerte. La suya, será la nuestra.

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