Llovía. El cielo recreaba la atmósfera de Manchester invitando a Gary Neville a sentirse como en casa, pero el estreno del inglés en el banquillo no pudo ser peor. Perdió. Ganar, al final, tampoco le hubiera servido de mucho, gran parte del mal ya estaba hecho desde Gante y San Petersburgo, pero era importante pasar la página de esta Champions nefasta regalando al menos una sonrisa a la gente que la ha sufrido desde el primer día, aguantando golpe tras golpe, excusa tras excusa, hasta aquel gol de los belgas en la despedida europea de Gerland que nos dejó a todos de piedra -en especial a uno que no merece la pena nombrar- y cambió el rumbo de los acontecimientos. El cambio es todo lo positivo que deja este fracaso del Valencia CF en Europa, fue en Rusia donde empezó a ser realidad el relevo en el banquillo. Entonces, para la Champions ya empezaba a ser demasiado tarde, para todo lo demás esto no es más que el principio y queda claro que fácil no va a ser.

Reconstruir

El partido del Barcelona sirvió de liberación y fue un primer paso importantísimo para recuperar la fe, pero hay que ser realistas: el equipo está básicamente mal. No ha estado bien desde que empezó la temporada y semana a semana siempre dio alguna muestra de que podía ir a peor. El sábado hizo un esfuerzo casi irracional para igualar ese partido, pero no ha tardado en acusarlo. A juzgar por sus palabras el nuevo entrenador tiene todos los datos y tiene también asumido que con eso y con todo ha de competir y ganar los partidos, mientras trabaja para reconstruir un equipo que un día tuvo fortaleza física y mental. Negredo ha vuelto a jugar pero es un jugador al que todavía hay que recuperar, como al mejor André Gomes que apenas se ha visto en dos chispazos. Hay mucho por hacer, no hay una solo jugador más allá de Jaume Domènech que haya estado cerca de su mejor nivel. Y el domingo, sin ir más lejos, en Eibar hará falta mucho músculo.

Objetivo

La Champions ya es historia. Tuvo el Valencia hace poco más de un mes la clasificación para octavos prácticamente en el bolsillo. Viajaba entonces a Bélgica y con una victoria allí tenía matemáticamentre el billete para el próximo sorteo. Con el empate, medio billete. Pero con una, dos y tres derrotas seguidas el Valencia ha acabado tirando la Liga de Campeones que tanto costó alcanzar. Viendo las cuentas que se aprobarán mañana en la Junta de Accionistas había un objetivo mínimo que era pasar la fase de grupos, por ahí el presupuesto no se cumplirá a menos que el equipo nos obsequie con una gran campaña en la Europa League, pero el despropósito de esta Champions lleva incluso a no ser cabeza de serie en el primer sorteo.

Pudo cambiar

Todo lo que el equipo francés no hizo ese día ni en los cinco partidos anteriores lo tenía guardado para Mestalla, de aquí se llevó su única victoria con merecimiento y la única duda de ese gol anulado a Mustafi que podía haber cambiado esta historia. Tratándose de la UEFA nunca sabremos porqué no valió, pero acabado el partido queda claro que la única posibilidad que tenía este equipo de ganar era ponerse por delante y esperar a que hiciera efecto la desesperación en el rival. No había fuerzas para más.

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