De entre todo lo que ha dicho Peter Lim me quedo con esta frase: «Creo que es muy injusto que algunos digan que no estamos tratando de hacer lo mejor para el Club. No tiene sentido. Hemos invertido mucho dinero, hemos venido aquí y estamos dando lo mejor de nosotros. A veces nosotros cometemos errores, porque aún estamos aprendiendo, pero esperamos que la afición entienda que, al final, queremos que el Valencia CF sea un gran equipo. Estamos todos juntos en el mismo lado». Por partes, creo que nadie puede negar que Peter Lim es un tipo que ha dado estabilidad económica al Valencia, y que más allá de los resultados deportivos, que por otra parte lo son todo en esto del fútbol, es el gran problema que ha arrastrado el club en los últimos años. Y que han sido esos problemas económicos los que han provocado la infinidad de cambios en la cúpula directiva porque ni unos ni otros fueron capaces de solucionarlos. Por no recordar que en esencia, fueron esos mismos ´unos y otros´ los responsables del problema económico. Unos más que otros, eso sí. Y además, admite Peter Lim que ha cometido errores y que está aprendiendo. Los errores son obvios, y fundamentalmente deportivos. Y casualmente se acentúan desde la salida de Salvo y Rufete, aunque ese probablemente sea otro tema... o no. El caso es que con la llegada de Peter Lim el Valencia ya no corre riesgo de desaparecer, tanto es así, que hasta los más osados detractores ´del chino que no pone ni uno´ han tenido que tragar cuando el hombre ha puesto cien millones de su bolsillo en una ampliación de capital. Pues bien, dicho esto, ¿qué me dirían si les contara que hace unos días en la comida navideña de la Federación Española algunos ex dirigentes del Valencia cuyo nombre no quiero recordar tiraban sapos y culebras por la boca cuando hablaban de Peter Lim? Que si el Valencia es de los chinos, que si no hay sentimiento...Miren, me interesa muy poco la política, si acaso me definiré como valenciano y nada más. No digo que antiespañol, digo que me siento valenciano y nada más, pero una cosa es ser valenciano y presumir de ello y otra ser gilipollas. Prefiero al Valencia sano en manos de un tipo de Singapur, que a un Valencia moribundo en manos de valencianos que lo lleven a la ruina. Porque los que lo llevaron a la ruina eran valencianos. ¿Sentimientos a estas horas? No me hagan reír...

Más opiniones de Carlos Bosch aquí.