Era necesario que Peter Lim rompiera su silencio. Si hubiera hablado antes, entenderíamos muchas cosas que nos han sorprendido o nos han parecido incoherentes en los últimos meses. Lo más llamativo, sin duda, los plazos del proyecto deportivo. Los jugadores que llegaron en verano no han mejorado a los que había o se marcharon -Otamendi- y con esa premisa aumentar la exigencia es un sinsentido. Otra cosa es que esos futbolistas maduren y en unos años sean claves para el proyecto, pero a día de hoy el Valencia CF no tiene plantilla para competir en la Champions League -se ha demostrado- ni para pelear por la Liga. Sin embargo, el fútbol no entiende de medios plazos y mucho menos de largos. Como dice mi buen amigo Orient, en Valencia todos los años la afición acude a la presentación oficial del equipo con el pensamiento de que su equipo puede ser campeón ese año. Después se conseguirá o no, pero la presión que hay sobre el equipo es máxima, y más aún tras la llegada de Peter Lim y los desembolsos millonarios en fichajes.

Paciencia

«Hay que tener paciencia, trabajar mucho y con este grupo podremos tener un equipo formidable dentro de 2 ó 3 años», dijo Lim con su voz de Darth Vader en la entrevista del pasado miércoles. ¡En 2 ó 3 años! Vamos, que estamos en un periodo de transición, de construcción y que no hay prisa por alcanzar el éxito. Será para Lim. Porque la afición sí que tiene prisa: «Tenemos una afición muy apasionada. Aman tanto al club, que solo quieren buenos resultados siempre». Lógico, señor Lim. El fútbol se rige por el cortoplacismo. Pero aquí y en Singapur.

Neville, el interino

Que Peter Lim diga que Gary Neville llegó al Valencia porque es buen entrenador y no por amistad es una verdad a medias. Pero leyendo entre líneas sus palabras, me quedó la sensación de que Neville está de paso en el Valencia. Lim habló de «interino» y de que estará en el club «durante este periodo y ya decidiremos a partir de entonces». Sí que es verdad que ha firmado por seis meses y lógicamente eso es una ´interinidad´ en toda regla. Pero no me negaréis que no pensasteis todos en Mourinho. ¿A que sí?

Alegría

El partido contra el Getafe ya dejó pistas de lo que quiere Gary Neville de su Valencia. El equipo no le perdió la cara al partido ni siquiera cuando, por errores individuales graves, el Getafe se avanzó hasta dos veces en Mestalla. A eso se le llama ambición y capacidad de reacción. Pero hubo detalles que no me gustaron. Vi demasiada alegría en el juego ofensivo y las vergüenzas quedaron destapadas con demasiada facilidad. Que el Getafe te cree tantas ocasiones de gol e incluso pueda ganar el partido en el tramo final me preocupa. Preferíría que Neville armara un equipo sólido detrás y aprovechara su calidad arriba para ganar 1-0 y sumar de tres en tres. Pero creo que vamos a vivir partidos abiertos como ante el Getafe. No me mola. Pero es lo que hay.

Villalba y los plazos

Rodrigo de Paul ha vuelvo a sentirse futbolista con Voro y con Neville. Ante el Barça dejó detalles que levantaron a más de uno de su asiento de Mestalla „no lo entiendo, pero lo respeto„ y después se ha ido diluyendo y ha ofrecido más de lo mismo: pérdidas absurdas, tarjetas por protestar y actuaciones flojas como la primera parte en Ipurua o el tramo final ante el Getafe, donde salió como revulsivo y acabó siendo un jugador más de Fran Escribá. Supongo que el nuevo entrenador, como ya le pasó a Nuno, se habrá dado cuenta de lo que puede aportar De Paul. Por eso no entendí que Fran Villalba, después de su exhibición ante el Barakaldo, no tuviera ni un minuto en el último partido. No puede ser que fuera para reservarlo para el partido del filial del día siguiente. El chico está ya para jugar con el primer equipo y el tramo final contra el Getafe era ideal para él: público entregado, rival cansado y espacios. Neville ya ha advertido que no hay prisa con Villalba, que no quiere quemar etapas rápidamente con el chaval. Pero creo que se equivoca. Si le empieza a dar minutos como los que le negó esa tarde para sacar a De Paul, creo que el Valencia encontraría una alternativa para su juego y la afición un nuevo aliciente y referente para ilusionarse. Desde Isco no se veía un descaro igual y tanta calidad en un jugador de la casa. ¡Saca a Fran, Gary!

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