No pienso que Suso García Pitarch sea un hombre de Mendes, aunque eso ya ha dejado de ser hoy una cuestión de lo que pensemos o dejemos de pensar. No se le va a presentar mejor oportunidad para demostrarlo que coger las riendas del proyecto de Peter Lim. Es vital marcar las diferencias y demostrar desde el primer día un criterio y una independencia efectiva, una vez visto en la planificación del último verano que no es lo mismo hacer un equipo que coleccionar futuros talentos. El reto del nuevo Director Deportivo del Valencia es apasionante, como bien señala en sus primeras declaraciones se encuentra un club que tiene poco que ver con el que vivió en su anterior etapa. Aunque esté en Singapur, hay pulmón y hay riñón para afrontar situaciones que entonces eran impensables. Por ello, su misión es devolverle el alma. De todos los que han sido algo en el Valencia CF, que es lo que se buscaba, quizá sea el más preparado para el cargo que va a ejercer. Y lo suficientemente inteligente como para abrazarse en su bienvenida a Rafa Benítez y cargarle el muerto a Manuel Llorente, que es en realidad a quien corresponde. Llega con seis meses de retraso, otro gallo cantaría, pero bienvenido sea porque hay que volver a ponerse en marcha cuanto antes.

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