Voy a intentar no caer en el pesimismo. Es más, si miro la clasificación sin los ojos de la decepción me encuentro con un Valencia que, si bien está a cuatro puntitos de un puesto de descenso, ocupa el puesto número catorce en la tabla... y ya saben todos ustedes que el último equipo en bajar de categoría es el 18. Quiero decir con esto que hay tiempo para todo, que es hora de sacudirnos el pesimismo y que el Valencia -bajas incluidas- tiene mucha más plantilla que sus rivales en la lucha por permanecer en primera división. ¿Que la decepción es grande? Pues grande no. Es inmensa. Pero lo oportuno es ponerse desde ya a corregir errores e ir sumando puntos que es de lo que se trata.

Lo de Gary Neville

Él está ahí. Gary Neville está ahí. Y sí, es cierto, no lo está haciedo nada bien. ¿Y? Pues que en el momento de escribir este artículo él dice que sigue adelante con el proyecto y eso quiere decir, para entendernos, que el Valencia con él o sin él está obligado a ir sumando puntos y alejarse de los puestos peligrosos. Es más, si yo fuera un jugador del Valencia de esos de peso, que no hay tantos, me reuniría con mis compañeros y les explicaría que con Gary o sin Gary lo que está en juego es mucho más que el futuro del Valencia. Está en juego, ni más ni menos, el futuro particular de todos y cada uno de los jugadores que componen la plantilla del Valencia. Y eso, bien mirado, con Gary o sin Gary, con lesionados o sin lesionados, significa que el próximo sábado ante un Espanyol que está tres puntos por debajo de nosotros nos empezamos a jugar la vida de forma inexcusable. Pero ojo, empiezan a jugársela ellos, los futbolistas, que lo de Gary ya casi es un tema secundario en este asunto.

El silencioso

Por cierto, en medio de tanto disloque en el Valencia a mí me encantaría ver cómo se expresa Peter Lim en algún medio de comunicación valenciano. Digo más, me da igual que si tiene que hablar lo haga en los medios que él crea necesarios aunque no tengan nada que ver conmigo. Lo importante en este caso es que el máximo accionista de la mercantil no deje el club descabezado en un momento complicado, que no dé la callada por respuesta de cuanto asunto le salpica de forma directa o indirecta. Y sí, Lim está salpicado de forma rotunda por traer un entrenador absolutamente novel en el tema, pero que además es socio del propio Peter Lim en temas diversos. Miren, yo entiendo que el Gary Neville que llegó aquí con un currículum de entrenador por construir tenía buena pinta. Vale, sí, hablaba y habla en inglés y la comunicación no es del todo fluida. Pero el asunto no es ese. No se trata de si comenzó bien o mal su proyecto. Se trata de que ya van un montón de partidos sin lograr la victoria y de que el nerviosismo ha empezado a apoderarse de los propios jugadores.

Jugadores bandera

Miren, en un caso como el que le está sucediendo al Valencia, un caso de un equipo que anda muy mal en la Liga y en el que los nervios empiezan a hacer acto de presencia en el campo exclusivamente para perder el norte y cosechar resultados lamentables, es cuando más se necesita tirar de jugadores con galones que sepan tirar del carro en el momento oportuno y en la dirección adecuada. Y eso, mucho más allá del propio Gary Neville, eso de tirar del carro y de ponerse al frente de la tropa para que nadie se relaje, es lo que más echo en falta en este Valencia. Y eso -insisto, más allá del propio entrenador- es lo que no encuentro en este Valencia y es lo que necesita cualquier equipo cuando llegan momentos asfixiantes. Yo, sinceramente, no veo ningún jugador bandera de este equipo. Y eso es lo que hace falta como el llover para salir de esta calamitosa situación. Pero ojo, lo digo en serio. Y eso es mejor ayer que mañana. Así de simple.

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