El Valencia se mueve. Es obvio que algunas cosas no se han enfocado bien desde el principio pero lo importante es reaccionar. Y el Valencia está en ello. El turno ahora es para un viejo conocido de la afición valencianista: Pako Ayestarán. Ayer se presentó a sus nuevos jugadores e inmediatamente se ha puesto a trabajar al servicio del Valencia. Y yo les digo una cosa. Pako le puede a usted caer bien o mal pero que nadie dude de su carácter. Lo tiene -el carácter- y es fuerte. Y siempre lo pone al servicio del equipo para el que trabaja... Es una buena señal.

Pienso en el futuro

Es obvio, si hablas de Pako Ayestarán la cabeza tiende a hacerte un giro automático para cambiar el pasado por el presente. La historia de Pako en el Valencia está repleta de éxitos. En este mismo diario pueden leerlos con tranquilidad y un toque de devoción. Pako, de alguna forma, está ligado a nuestro recuerdo y forma parte de un gran Valencia, posiblemente el mejor de la historia para todos los valencianistas que no han superado la treintena. Pero no voy a hablar de eso. No voy a hablar del pasado de Ayestarán, voy a hablar del presente, del futuro de Pako en el Valencia. Y este fichaje por encima de todo me indica que los dueños del club comienzan a tomarse muy en serio eso de ser máximos accionistas.

Y ahora, Europa

Vuelve la competición europea para un club como el Valencia que no está atravesando su mejor momento de forma. La victoria ante el Espanyol supone un tremendo golpe de moral para un equipo francamente en horas bajas. Debutar otra vez en competición europea supone un doble compromiso. Por un lado está el compromiso de la ilusión, siempre presente en una competición europea donde los equipos españoles suelen ser la mayoría de las veces protagonistas. Y por otro está la terrible obligación de hacer creer a este equipo en lo que hace, en su trabajo, y eso vale igual para la Liga que para la competición europea. Y sí, es por este punto, el de la ilusión y el de recobrar fuerzas, el que convierte la visita del Rapid de Viena en un hecho importante. El partido es el jueves y más allá de lo que vaya a hacer el Valencia en esta competición una victoria ante los austríacos supondría generar una contundente carga de autoestima para un equipo que anda justito.

Lío en defensa

Ya saben que volvemos a Europa y lo vamos a hacer con una linea defensiva absolutamente necesitada de fraguarse para dar tranquilidad al equipo. Recuerden el partido contra el Espanyol: cada córner era una ocasión clara para el conjunto catalán. Y recuerden también que para este debut ante el cuadro austriaco el Valencia anda muy justito en recursos defensivos. Lo digo más claro: no están los dos centrales titulares -Abdennour y Mustafi- y no está inscrito para esta competición el lateral de largo recorrido Siqueira, por no hablar del traspaso de Lucas Orbán al conjunto granota. Bien, quiero decir con esto que el Valencia necesita cuajar un partido sólido, de esos que dan confianza. Yo espero que sí, que el jueves lo consigan, que aseguren la victoria, y que este Valencia que empieza a saber bien lo que tiene que hacer -Ayestarán, por ejemplo- logre una cómoda victoria que dé alas a la débil moral del conjunto blanquinegro.

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