Hubo un momento de la temporada pasada, con Nuno de entrenador, que dejamos de pedirle al Valencia que jugara bien porque era el tramo final de la Liga y nos importaba más sumar puntos para volver a la Champions. Todos priorizamos ganar los partidos por encima de cómo ganarlos, zanjamos el debate de que el Valencia de Nuno no jugaba bonito y asumimos que lo divertido era mirar la clasificación y no los partidos. Pues lo mismo digo respecto a la victoria de ayer pero elevado a la enésima potencia por razones que no es necesario explicar... ¡Estamos para jugar bien! En lo meramente futbolístico, en la primera parte el mejor del rival fue su portero, y teniendo en cuenta que en lo que va de Liga normalmente el mejor siempre es el nuestro, lo podemos tomar como un avance evidente. Lo de la segunda ya lo he explicado antes. Había que ganar y se ganó; no me importa cómo se ganó. En cuanto a Gary Neville, aunque la aportación de Piatti fue mínima y desesperante, supongo que será capaz de convencerme de porqué lo puso para sacar a Cheryshev, veo más complicado que me convenza de porqué se queda en casa Gayà y Siqueira es titular... Dicho esto, me quedo con una reflexión para el futuro, dice el entrenador que ha cambiado el estado de ánimo de los futbolistas y es cierto, ayer estaban menos agarrotados. Una vez esquivado el fantasma del descenso, que se quiten el susto de encima es el siguiente paso a dar. Ya he dicho que los jugadores del Valencia son honrados, es decir, quieren, otra cosa es que a veces no puedan o no sepan cómo hacerlo. Por lo demás, de quien me acuerdo ahora es de la gente que se sumó a aquello de ´El Valencia siempre se levanta´, me acuerdo de cada aficionado que con el gol del Espanyol en Mestalla detectó que en esos momentos lo peor que podía hacer era silbar al equipo y lo mejor animarlo. Al poco la Curva Nord comenzó a cantar con más fuerza, contagió al resto del estadio y Mestalla terminó de darle la vuelta al partido. Y todavía hay quien dice que los valencianistas no saben lo que quieren...

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