Este domingo -o sea, mañana- trataremos de desarrollar lo que puede ser para el Valencia CF la próxima temporada y lo que podría haber sido si las cosas se hubieran hecho con el criterio profesional que se supone a un club de élite y con una historia detrás que obliga, si no a estar siempre arriba, a pelear por ello y ser competitivos. Basta decir que en los planes de Meriton la temporada 2016/17 era poco menos que clave, un año en que con los ingresos del nuevo contrato de televisión, con un patrocinador para la camiseta y la participación en la Champions, el club iba a dar el primer gran salto cualitativo y presupuestario de esta nueva era post-venta. Ya se puede anticipar que no será así, a partir de ahí habrá que esperar movimientos por parte del propietario y son muchas las dudas. Obligado por las circunstancias el proyecto va a dar un giro y solo con criterio y sentido común el club podrá salir airoso de ello.

Parece resuelto lo de Neville pero queda por ver de qué nivel estamos hablando respecto al futuro entrenador por el que Lim apostará para relanzar su proyecto, si dará independencia y poder suficiente a García Pitarch para planificar la plantilla y en qué lugar quedan Mendes y sus jugadores, caso de André Gomes, en el momento en que el súper agente venga con alguna oferta por ellos. Este podría ser el fin de una bonita amistad.

Con lo que tiene en juego el Valencia, ver al entrenador vestido con otro unifoforme y preparando otros partidos resulta bastante más duro de lo que parecía en principio. Sí, lo sabíamos desde el primer día, pero está pasando ahora y las circunstancias que hay ahora son las que son. Es un descrédito para el club en cierta manera amortiguado por las noticias que durante la semana han situado ya a Gary Neville fuera de los planes de futuro del Valencia CF. Si solo le pudieron obligar a retrasar tres días el viaje...

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