Arranca una semana importante y la pregunta a estas alturas sería si realmente estamos en lo que estamos, o sea, si somos conscientes de la gravedad de la situación en el supuesto de que el Valencia CF no regrese con los tres puntos del próximo partido en Las Palmas. La pregunta estaría de más en un escenario normal, pero no es el caso cuando el primero que está en otra cosa es el entrenador y máximo responsable del equipo. No se incorpora hasta el miércoles para preparar el partido del sábado con viaje a las islas en medio, por no hablar de que los futbolistas aún tienen que volver esta tarde de puente festivo. La duda seguramente ofende, pero es que la hay. Por muchas horas que el inglés le eche al trabajo -y son muchas, no es ese su problema- tendría que haber evitado esta situación a toda costa. Alguien podría pensar que, como le da igual porque no va a continuar, ha dado prioridad a conservar su plaza en la Eurocopa. En un cargo como el suyo, además de ser serio y decente, hay que parecerlo.

Nada da igual cuando necesitas una serie de puntos para asegurar cuanto antes y de manera definitiva que la institución Valencia CF no bajará a segunda división. Y cuando no vas precisamente sobrado de nada para conseguirlo. Siendo consecuentes con lo de Inglaterra, si pierde tendría que ceder su puesto en el banquillo del Valencia y no hay que descartar que así sea, aunque su compromiso con el propietario es salvar al equipo.

Entre unas cosas y otras, se ha perdido un tiempo que no hay y se echa en falta más tensión, aunque hay personas en el club que sí la tienen, por no llamarlo miedo. ¿Está el Valencia CF mentalizado de que el partido que se juega en menos de una semana es el más importante de la temporada? ¿Está el aficionado preparado para tragarse todo su enfado y decepción animando en Mestalla al equipo hasta el final? Hay que ponerse las pilas.

Más artículos de opinión de Julián Montoro, aquí.