Lo bueno que tiene no tener dueño ni tener que depender de nadie es que puedes decir lo que te pase por el forro de tus caprichos. Algo así sucede con Cañizares, en el top de los porteros emblema del club de toda su historia y un tipo que no vive pendiente de lo bien o mal que pueda caer a según quién. Si algo le caracteriza es que no tiene pelos en la lengua. Leo que el otro día se despachó a gusto en una radio nacional. No se trata tanto de si tiene razón o no como del hecho de que, por ser una voz autorizada „evidentemente no por la propiedad del club, sino por su trayectoria ejemplar y por él mismo„es necesario prestarle atención. Repartió por todos lados y, de algún modo, auditó la realidad social del club.

Foticos

Hizo una interesante reflexión sobre la discreción del presidente como tal y la ausencia de dicha discreción en otros entornos, como imagen asociada a Mendes y Ronaldo. Y otra sobre el día de la infamia contra el Barça. Habló de «dejación de funciones» por algunos jugadores. Dice lo que el subconsciente de muchos aficionados sabe pero no se atreven a pensar en voz alta, porque quieren creer que eso no es posible. ¿Y ahora para qué sirve esto?, dirán algunos. Miren, yo, con que no se vuelvan a repetir los mismos fallos de gestión el año que viene, me daré con un canto en los dientes. De momento, para empezar de cero, hace falta una limpia. Dicho lo cual, ¡vendamos lo que no nos sirva! Que ya me veo quedándome los paquetes y vendiendo la mercancía gourmet.

¿Paciencia?

Y lo digo porque me agota oír que la Juve quiere a André a toda costa. Pero vamos a ver, ¿no nos dijeron por activa y por pasiva que este era un proyecto a largo plazo? ¿Que los jugadores eran jóvenes y que tenían que hacerse? ¿O es que vamos a fichar jugadores para que se hagan y luego luzcan maduros en otros lares? Hay gente que lo justifica con resignación: «Es que tras el fracaso hay que vender». Permítanme el silogismo. Si era una «plantilla joven», si había que «tener paciencia...» es porque había muchas papeletas de que no ganaran ni a las chapas. Que una plantilla tan joven e inexperta ganara un título habría sido inesperado, habría tenido éxito a corto plazo y sobrarían justificaciones. Por tanto, fuimos advertidos de la ecuación: paciencia= fracaso + no vender.

Mercado

Leo intereses en Camacho, del Málaga, y el retorno de Albiol. Cómo ha cambiado este club. Cuando se fue el de Vilamarxant muchos pensaban que era algo frágil, que en el salto con el delantero siempre caía él, que era menos expeditivo de lo necesario. Y sin embargo hoy aquel jugador mejoraría la zaga a ciegas. ¡Imagínense después del clinic que ha vivido en la élite alrededor del mundo! En cuanto a vender, si al final nos ´despatrimonializamos´, que sea de lo que nos sobra. André tiene mucho camino por delante aún. Creo que técnicamente es exquisito y elegante como un cisne. Claro que a veces aquí se confunde demasiado elegancia con eficiencia. Yo quiero que marque la diferencia. Le pido resultados. Si es imposible que siga, si soy un idealista... bueno, pues nada. Si no genera fútbol, que genere millones. Muchos, ¿eh? Pero luego no me cuenten películas.

La Fe

Un gesto de cara a la galería sería ganar hoy en el Bernabéu. Claro que para ello hace falta fe. «¡La fe es lo más importante!», que decía el cura en el chiste de don Pío. El otro día contra el Villarreal demostraron lo poco que les dura el sentido de la competitividad cuando no hay nada en juego. Hoy en el Bernabéu hay riesgos de caer en la actitud indolente de buena parte de la temporada. Pero ojo, que con las manos en los bolsillos nos podemos llevar un capazo. Otra opción es luchar por el honor y la honra. No confío en nada. Ellos, principalmente, se han cargado nuestra fe. Cuando pasan tres entrenadores y no hay cambios, la grada mira en una sola dirección: los jugadores. Y sin embargo... cuando se juega en el Bernabéu el futbolista sabe que toda Europa le mira. Los merengues están mirando la final de Champions y van a sacar al equipo B. Aprovechémoslo.

Gestos

Se cumplen 14 años de la primera Liga de Benítez. Inmediatamente, pienso en el ´kaiser´ Ayala. Recuerdo el gesto de tranquilidad con las manos tras su gol de testarazo. Para mucha gente es el fotograma de la victoria de aquella temporada. Ha manifestado el crack argentino que ese gesto fue una llamada a la cautela, para no vender la piel del oso antes de cazarlo. Yo entendí lo contrario. En la vida el lenguaje no verbal es tan importante como el verbal. Muchos aficionados, atacados de los nervios ante el televisor (todo el mundo puede recordar dónde vio la gesta y qué estaba haciendo en el preciso instante del gol) no nos lo podíamos creer, pensábamos que algo iba a salir mal. A mí, su gesto de calma con las manos me vino a decir: «Tranquilos, hombre, no sufráis.¡Esta vez, sí! La Liga es nuestra. Todo controlado». A partir de ahí, respiré hondo. Lo que son las cosas.

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