Visto lo visto, todavía habrá que agradecerle a Vicente del Bosque que no vaya Raúl a la selección española. Por encima de la injusticia mayúscula de la ausencia de Paco Alcácer (ahora entraré en ella), la lista no hay por dónde cogerla. Escribí tras la final de la Copa Confederaciones en 2013 que España debía comenzar a cambiar muchas cosas. Me llamaron desde loco a antiespañol, pasando por el clásico «periodista de provincias que no ve más allá de sus colores». Justo un año después y después de los tres primeros partidos del Mundial, la selección estaba haciendo las maletas al término de la primera fase.

Bajo las manidas falacias de «el modelo no se negocia», como si fueras a tener a Xavi y a David Villa toda la vida en la plenitud de sus carreras, o la más sangrante de «¿Pero cómo vamos a cuestionar a Del Bosque y a los jugadores con lo que han ganado?», se esconde la realidad de una selección que ha vuelto a la oscuridad de 2006.

El equipo nacional se encuentra nuevamente en el yermo terreno de ser campeón de boquilla. Como ejemplo más cercano, Brasil 2014. Otra vez nos encontramos con una selección presa de los poderes mediáticos. Nadie pone en duda el Mundial de 2010 ni la Eurocopa de 2012, pero sí se duda y se desconfía (de hecho yo desconfío y no me escondo) de lo que pueda hacer hoy España con este equipo.

Y en ese paraíso de la perfección pintado por el núcleo mediático que cubre la selección -en una gran mayoría compuesto por los mismos integrantes que cubren al Real Madrid- sigue siendo indiscutible todo lo que hace el seleccionador. Y ahí entra el hacer mutis por el foro en la injusta ausencia de Paco Alcácer. Con la mala temporada del Valencia CF, me la juego a que cualquiera de los otros delanteros que van a la selección puestos su lugar en el Valencia de esta campaña, y a Paco en cualquiera de los equipos en que militan los delanteros convocados, saldría ganando Alcácer en los dos supuestos.

Cierto es que ni Neville primero ni Ayestarán después les han ayudado excesivamente a ganarse el billete a Francia, pero no tengo ninguna duda de que con esos números en dos equipos que todos sabemos, Alcácer sería inamovible en la selección.

Pero lo más sangrante es que Vicente del Bosque ha estado desagradable y cruel al no aportar ni una sola palabra de ánimo o agradecimiento para el que ha sido máximo goleador de la selección española en la fase de clasificación. ¿Cobardía o mala conciencia? El gesto es muy feo, peor incluso que el de no convocarlo.

El señor Marqués ha patinado. Y además lo ha hecho pasándose varios pueblos.

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