Nos costó creer que el propietario se atrevería a vender a uno de los pocos iconos que le quedaba al Valencia CF, que era Paco Alcácer. Al menos hasta que el propio futbolista admitió su deseo de jugar en el Barcelona. Ahora, más que creer o no, resulta hasta difícil que pueda tener la suficiente sangre fría para desprenderse del mejor de sus centrales después de caer en el estreno de la Liga en Mestalla por 2-4, cuando es evidente que lo que necesita el equipo es poner al lado de Mustafi otros dos defensas de su nivel y de ahí para arriba. Peter Lim vive del riesgo, se hizo multimillonario jugando en bolsa y es lo que sigue haciendo con el Valencia. Ahora mismo vendiendo para recoger beneficios y recuperar pérdidas, con movimientos que confunden a propios y extraños, que tienen a la afición absolutamente anonadada, esperando que se llegue al desenlace final del mercado para saber con exactitud cual es el plan. Porque lo hay, aunque es lógic dudar cuando los jugadores importantes se van con facilidad y los fichajes importantes no llegan nunca.

Lim y Meriton como responsables de todo lo bueno y lo malo que le pase al Valencia, se juegan en los próximos seis días toda su credibilidad al frente de este proyecto. Y su dinero. Se comprometieron a hacer un equipo competitivo aunque, debido a los errores cometidos, tuviera que ser necesariamente con un coste inferior€ ¿Inferior a cuánto si se confirman en menos de un mes las ventas de André Gomes, Paco Alcácer y Mustafi por más de cien millones de euros? Le quedan seis días para volver a invertir una parte de ese capitalazo, el margen de error es muy pequeño deportivamente hablando y la salida del alemán les deja muy tocados ante la opinión pública€ Aunque el Valencia CF se juega mucho más. De momento, tres puntos en Eibar que tienen un valor real y un valor simbólico tremendos después de la primera debacle en la Liga.

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