Domingo de septiembre. El calor amenaza con dejarnos, el otoño dura cuatro días mal contados porque enseguida llega el frío pelón. Son días para pasear bajo las hojas secas. El Valencia CF acude a Bilbao en la mejor época posible para visitar el País Vasco. Luego, cuando diciembre gira al fondo a la derecha, la cosa se pone más complicada. Nos arbitra Fernández Borbalán, a quien mucha gente considera una losa por su actuación el pasado año en el Bernabéu con incidencia en el resultado. Pero, si hay un momento adecuado para quitarnos ese perfil, es ahora. Yo, lo malo prefiero que venga todo a saco, así luego la cosa no puede ir a peor. Además, el árbitro en cuestión nos pitó en el Nou Camp, donde ganamos. Para mí, es lo de menos. Lo que hay que hacer es salir a ganar sin hacer el mendrugo.

Mendrugo

Hacer el mendrugo consiste, básicamente, en salir a ganar y olvidarse de defender. Cada uno la guerra por su cuenta, jugadas combinadas cerca del poste enemigo, mucha alegría de medio campo hacia delante pero mucha pereza para bajar a defender. Vamos, lo que toda la vida de Dios se ha hecho en el patio del colegio. Yo soy de los que piensa que la escuela del fútbol-espectáculo ha hecho mucho daño al fútbol humilde. Lo de salir en tromba y volver escocidos podríamos haberlo visto venir si Paco Jémez hubiera sido el elegido, pero de Ayestarán, un tipo curtido bajo el ala del mariscal Benítez, que planteaba las batallas como si fueran partidas del Risk, no podíamos esperarlo. Al fútbol de toque y lucimiento pueden jugar en estos momentos Barça, Bayern y City, o sea, los tres equipos a los que Guardiola ha metido mano. El resto no deben olvidarse que atrás hay que ser rocas de Cincinnati.

Estrategia

Y nosotros, nos guste o no, somos ahora mismo un equipo humilde. Leo los nombres de los partícipes de la Europa League y encuentro veteranos de Vietnam mezclados con nombres menos conocidos que los de los reyes godos. Y nosotros no estamos ni de palmeros. ¡Como para hablar de la élite! Esto es como la película de Garci, ´Volver a empezar´, y para ello hay que tener unos mimbres. Yo acepto que antes se gestionaban equipos de fútbol y ahora sociedades. De verdad, lo tengo asumido. Pero toda sociedad tiene un plan de negocio claro. El Madrid sabe qué se hace, el Barça tiene sus ambiciones claras, Villarreal, Atleti y Sevilla sus presupuestos cuadrados. Todos saben cuál es su estrategia. Hasta el Leganés o el Alavés saben que sus equipos riman con un mismo objetivo. Pero, ¿cuál es la estrategia del Valencia? ¿Cuál es su objetivo? ¿Hacia dónde va el plan de negocio? Con el debido respeto, da la sensación de que no lo sabe ni el tato.

Ocasión de oro

Si le preguntas a un aficionado antes de las tres derrotas, lo tenía claro: ir a saco e intentar entrar en la Champions. Ahora ya se conforma con no hacer el ridículo. Empezando por este domingo. Al otoño amable y el árbitro que ni fu ni fa hay que añadir que el Athletic Club viene de hacer el gamba en Europa. El Sassuolo le cascó tres en un partido que tenía que haberse llevado con empate a cero si me apuras, pero la desidia en la que ese equipo vive instaurado fue la perdición. No encuentra Valverde la batuta ni Aduriz las botas. Ocasión de oro para no hacer el cafre y tratar de mantener la portería a cero, además de tratar de meter al menos un gol. ¡Si es que un partido puede acabar 0-1! ¡No es tanto pedir, Pako! Venga, ánimo y al toro. Una vez rompamos el maleficio, la cosa se verá de otra manera. ¡Esto acaba de empezar!

Táctica

Para no encajar goles no podremos contar con Garay. Se ha roto. Si es que esas ligas que hay por esos mundos de Dios son de goma. En cuanto se ponen a sudar bajo el látigo de una liga exigente pasa esto. Mala suerte la suya, y doble la de Abddenour, que le pilla el lío también roto. Nos plantamos en semi-cuadro, con Mangala y Santos. Tampoco estará Enzo, que se encuentra purgando sus pecados en la nevera. A cambio, quizá Carlos Soler tenga su momento de estreno. Medrán y Parejo tendrán que poner orden, salvo que Ayestarán cambie de táctica y abandone el 4-3-3, en cuyo caso tendrán que poner desorden. Lo malo de entrenar con entrega ciega a una sola táctica es que si te falla tienes que traicionarte a ti mismo. Pero, aunque muchos no están de acuerdo, yo pienso que al fútbol se puede jugar de muchas formas, en función de a quién tienes enfrente.

Odio

Sólo pido que, ya que me han fastidiado la siesta, que no me fastidien también ´la hora´ de la siesta. La siesta no la vamos a dormir, está claro. Ahora bien, no tiremos esa hora por la borda. Esa hora y media es esencial. Nos da igual dónde estamos, cómo van los demás, quién mató a Bambi. Sólo queremos tres miserables puntitos, ¡tres! Para sonreír. Para dar por inaugurada la temporada. Hasta que no ganemos, no hemos empezado. Esto es la leche en bote. Los equipos son sociedades. Las sociedades tienen por definición romanticismo nulo. Y sin embargo, al final hay que cantarle a tu equipo: «Quiero sentir las cosas de siempre. Quiero saber si tú aun me quieres. Quiero volver a empezar». No entiendo nada.

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