Cuenta Prandelli que en sus conversaciones con Peter Lim no se habló de la obligación de clasificar al equipo para la Liga de Campeones esta temporada, aunque sí de alcanzar ese objetivo al menos durante los dos años que ha firmado el italiano. Las cuentas que presentará el Valencia CF en la próxima junta de accionistas, sin embargo, aprietan bastante más para conseguir ese objetivo cuanto antes. Los errores en la parcela deportiva y los pufos de la era Llorente han frenado las expectativas iniciales, para esta temporada la previsión era elevar el volumen de negocio hasta una cifra récord en la historia del club, 144 millones, que se han quedado en menos de 100 antes de vender jugadores. Faltan, a grandes rasgos y para no entrar partida por partida, los ingresos de la Champions y de un patrocinador principal en condiciones que no han conseguido en dos años. Si no hay solución a estas dos cuestiones, el Valencia tendrá que seguir vendiendo futbolistas en los próximos años, con lo que el objetivo deportivo estará cada vez más lejos. Mediocridad no trae a otra cosa que más mediocridad, o la pescadilla que se muerde la cola.

Con el equipo en puesto de descenso quizá no sea momento de meter más presión a los jugadores, pero el italiano ha de encontrar la fórmula para que el equipo vuelva a estar arriba y lo haga desde ya. Si Lim ha apostado por un perfil de entrenador como el suyo es para que le ayude a reconstruir este proyecto desde el rendimiento. Se trata de ganar de aquí a final de temporada tres partidos más que Sevilla o Villarreal, lo que visto así en frío no parece tan difícil pero sí lo es cuando llevas cinco derrotas en solo siete jornadas.

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