Aquel año de Claudio Ranieri hubo jugadores que captaron el mensaje y otros que no. A estos últimos se les buscó salida antes o después y con los que se subieron al carro, jugando feo hasta aburrir pero con un criterio, una idea de juego y un objetivo, el italiano fue construyendo un bloque cada vez más sólido. Costó, pero poco a poco empezó a ganar partidos aunque el éxito no llegaría hasta la segunda temporada. Un año y pico después acabó jugando maravillosamente, en defensa y en ataque. Sublime la final de la Copa en Sevilla y aquellos partidos en que el Valencia logró clasificarse por primera vez para disputar la Champions League. Prandelli aterriza en una situación que presenta algunas similitudes, en realidad tiene una ventaja con respecto a lo que se encontró el general romano y es que todos o prácticamente todos los futbolistas de esta plantilla van a querer estar ahí y se lo van a dejar todo por estar, aunque quizá no todos le sirvan. De hecho, la decisión de fichar es bastante firme.

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