No voy a entrar a comentar las jugadas polémicas del último Valencia-Barça del pasado sábado en Mestalla. Solo diré que el primer gol del Barça, el ilegal tanto de Messi por fuera de juego clamoroso de Luis Suárez, obligó al Valencia a buscar una nueva forma de jugar en apenas unos minutos. Y si hasta el gol ilegal del Barcelona el Valencia estaba dando muestras de una estabilidad hasta ahora desconocida por estas tierras, todo eso cambió de golpe con ese gol ilegal y Cesare Prandelli supo mover las piezas de su equipo con una rapidez increíble. Hubo entrenador en el banquillo local del campo de Mestalla que dio muestras de ser un entrenador de bandera. Pero hubo más. Hubo un árbitro vergonzoso a favor de la escuadra catalana y hubo varias lagunas de saber estar en algunos futbolistas del Valencia. Se las explico.

Planteamiento inicial

Ojo, un Valencia en plena fase de reconstrucción se enfrentaba ni más ni menos a un equipo con el culo pelado que juega casi de memoria. Prandelli preparó el partido con esmero, juntó líneas y hasta el gol ilegal de Messi el encuentro estaba igualado y para lo que nos gusta saborear algunas gotas de buen fútbol incluso comenzamos a relamernos. Un Valencia muy sólido, muy equilibrado y con las líneas muy juntas, estaba poniendo en aprietos a una de las más grandes escuadras de todo el fútbol europeo.. y eso en el corto espacio de tiempo que el técnico italiano lleva con nosotros es una invitación a la sonrisa y a creer en el futuro de este equipo... pero no a creer en fantasmas. El Valencia sí tiene un buen mister... pero a raiz del primer gol ilegal del Barça ese técnico buscó darle la vuelta al encuentro y casi lo consigue. Pero le falló lo más importante: la plantilla está mal parida y contra eso ni Prandelli ni mil Prandellis más tienen opción de abrazar la normalidad.

La revolución

Con el injusto 0-1 en contra Prandelli realizó cambios tras el descanso. Entró Munir por Martín Montoya y Cancelo regresó de nuevo a ocupar la posición de lateral derecho. Y sí, el cambio inicialmente dio sus frutos. El Valencia marcó dos ´chufos´ con cierta placidez y con esa ventaja yo estoy convencido que a Cesare Prandelli le hubiera apetecido regresar al equipo inicial del Valencia: un equipo ornado, juntito, muy trabajador y bien parido. Pero ese cambio, o mejor dicho los cambios, modificaron todos los planteamientos iniciales del nuevo técnico y por ahí -incluidos penaltis a favor del Valencia no pitados de forma grotesca por un árbitro indigno- llegó el ataque blaugrana con los goles de Suárez solito en la zona izquierda de la defensa valencianista -lugar en principio de Cancelo- y el penalti de un excesivamente revolucionado Abdennour, que no supo medir su entrada dentro del área del conjunto valencianista.

Lo preocupante

Repito, lo del árbitro me parece un esperpento pero yo ya lo dejo en mano de mis compañeros de SUPER. Sí digo, por contra, que Prandelli ha dado con la tecla de revolucionar para bien al equipo y eso es un síntoma inconfundible del tremendo poder e influencia del técnico italiano. Ahora bien, la plantilla del Valencia CF está mal confeccionada y pese a que tenga un buen entrenador habrá cosas imposibles de cambiar hasta el mercado de invierno. Hace falta un 9 como el llover -Mina está en un estado de forma lamentable al margen de no ser un 9 puro- y el equipo necesita retoques para afrontar retos mayores. De momento, eso sí, le doy un diez a Cesare Prandelli. Él solito ha cambiado el Valencia... pero también queda claro que él solito no puede cambiar las vergonzosas ayudas que reciben los dos equipos grandes del fútbol español.

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