Echábamos de menos en este club gobernado por Meriton a alguien -mejor si valenciano- que cogiera la bandera en momentos delicados para defender al Valencia CF, a ser posible con más acierto que menos, pero al fin y al cabo dar la cara, demostrar que hay alguien. A partir de ahí, en nuestro complejo ecosistema valencianista se abre la veda para atizar a García Pitarch por lo que sea, por lo que dije o por lo que digo, porque hablo o porque callo. Unos porque sí, otros porque se metió con mi amigo y algunos, los menos, porque si analizamos las muchas cosas que dice en esa amplísima y densa entrevista seguro que encontramos más de una discutible. También hay críticas discutibles. Hay una especialmente retorcida en la que se dice que ni está legitimado ni tiene credibilidad para hablar en nombre del Valencia -para reír- y otra en la que se le llega a echar en cara que saque pecho por el tema Parejo. Para llorar. Hombre, sí, Suso fue especialmente ácido cuando el futbolista se quiso ir el pasado verano. Lo que tenía que ser ante un grave caso de indisciplina y una falta de respeto a la afición. Ahora lo pone por las nubes pero, ¿acaso no ha cambiado Parejo del mes de julio al de octubre? ¿No será que la gestión de esa crisis fue correcta? ¿No será que se ha recuperado a un futbolista importantísimo que tenía la cabeza en otra parte?

¿Desproporcionado?, desde fuera sí lo parece

Técnicamente puede que el Valencia CF tenga razón. No sé si la sanción es desproporcionada, aunque al menos desde fuera sí lo parece. Sobre todo es injusta con quien al final tiene que pagarla, que es el propietario que pagó cien millones de euros por unas acciones que estaban hipotecadas por 81, pagó al IVF los más de cuatro millones y medio que había tenido que poner del dinero de los valencianos -ese sí- y está pagando al ayuntamiento el solar de la Gran Manzana. Para alguien que viene al Valencia y paga, lo terminarán echando. Otra cosa es que los señores y señoras de la Unión Europea lo entiendan así.

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