.El Valencia CF sigue en su círculo vicioso, del que tampoco Prandelli ha acertado a dar con la salida. Poco importa lo que digan o dejen de decir, el problema es que el club comete un error tras otro y el equipo, para no desentonar, también. Quizá lo único que podrían hacer -y deberían porque la clasificación empieza a marcar el camino- es salir con el corazón en la mano y pedir paciencia a la gente, pero hasta para eso se echan en falta referentes y gente con credibilidad suficiente en el campo y fuera de él. A este paso ni el entrenador, el único que la tenía intacta, llegará a tiempo. No hay excusas cuando ya no le puedes ganar ni al último clasificado en Mestalla con todo lo que tienes. ¿Se bloquea el equipo? Y cómo no les van a temblar las piernas a los jugadores, que son los que tienen que controlar la pelota, si el mismísimo propietario no se atreve a venir. Ni a dar la cara ante los aficionados ni tampoco a dar su apoyo al equipo. Algo va a tener que pasar muy pronto porque hasta el 1 de enero esto se puede hacer más largo que el Maratón de Valencia, hoy el único motivo de orgullo para muchísimos valencianos.

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