El gol de Fornals en el último minuto acercó el resultado a lo que se vio sobre el césped anoche en Mestalla. Pero no acabó de reflejar lo que sucedió. En realidad, el Málaga mereció ampliamente la victoria. No es que creara múltiples ocasiones de gol. Le faltaban elementos clave en esas lides y el trío de centrales local estuvo, aunque parezca mentira, a un nivel notable. Pero mandó en el partido. Sobre todo en una segunda mitad en la que el espectáculo que ofrecieron los chicos de Prandelli traspasó la línea de lo tolerable. Por bochornos de menor calado, hay entrenadores que han presentado su dimisión.

Ocurrencias de Césare

Ahí sigue, de momento y veremos por cuánto tiempo, Don Césare. Con una victoria por todo adorno en su currículum liguero y fiel a buena parte de los pilares sobre los que ha cimentado su trayectoria hasta la fecha. Por menos de esto, queridos amigos, a Pako Ayestarán ya lo teníamos crucificado y enterrado. Pero es de suponer que el pasaporte transalpino y la fotografía que nos viene a la cabeza de Prandelli dándole instrucciones a Pirlo desde la banda hace ya casi un lustro moderan muchas plumas y sosiegan no pocas gargantas. Que para reemplazar a Javi Fuego llegase Mario Suárez -se dijo en este rincón al día siguiente de ese fichaje que García Pitarch había conseguido lo casi imposible trayendo a un futbolista aún más discreto que Fuego- es responsabilidad del director deportivo. Que Mario Suárez siga jugando partido tras partido lo es del entrenador porque, más allá del primer equipo en el que lo que queda ahí es Pérez -otro que tal baila, pero versión tango con piernas de madera- el Valencia tiene una estructura deportiva que empieza en los alevines, que es el nivel que de momento ha mostrado el antiguo futbolista del Atlético. ¿Cuántos tantos mal defendidos por Suárez tiene que marcar el rival para que alguien ponga un poco de orden? De Rodrigo ya hablan otros por lo que no me extenderé. Lo suyo anoche, más allá de la casualidad del gol, fue otra colección de despropósitos que mereció, obviamente, su presencia en el campo los noventa minutos. Ha estado avispado el allienatore detectando el boquete que para su equipo supone Gayà desde hace un año y medio, pero no tiene otra ocurrencia que poner en su lugar a un Siqueira que casi, solo casi, hace bueno al lateral canterano -como si ser canterano otorgara patente de corso para jugar de cualquier manera-... dejando en el banquillo a un Montoya que fue, de largo, el mejor en el rato que en Leganés su equipo jugó medio bien el otro día en el partido de Copa. Sigan, pues, diciendo que aquí todos tienen parte de culpa en el desaguisado salvo Prandelli. Pues no, oiga. No.

El Málaga, mejor

A todo esto, el Málaga pareció casi siempre más y mejor. No porque viniera alumbrado de estrellas, que ya sabemos lo que queda de aquel viejo proyecto europeísta. Sino más bien porque tiene un entrenador que pone su sello y un poco de coherencia entre tanto futbolista que va y viene. A Juande le gusta que sus equipos muevan la pelota y, con más o menos dificultades, a eso se dedicaron en Mestalla. Hasta el punto que se pasaron toda la segunda parte asediando la meta de Alves, que veía a los suyos recular y recular como si se trataran de un equipo de cuarta apretando los dientes para guardar lo que la chiripa les había concedido. Y decimos chiripa porque el Valencia pisó dos veces el área contraria en todo el partido y marcó dos goles. En una de ellas incluso llegó a marcar Rodrigo, todavía no sabe cómo. No tuvo tiempo de pensar y su cabeza hizo lo que Dios le dio a entender. Y también porque de chiripa no pudo jugar Enzo Pérez y apareció en el segundo tanto Medrán, que lleva ya más goles en dos partidos que Pérez en toda su carrera deportiva. Algo que suponemos intentará remediar, en vano, la semana que viene retomando la batuta en esa dupla demoledora que forma junto a Mario Suárez. Pareja que recuerda mucho -perdón por la ironía- a la que en el Málaga forman Camacho y Pablo Fornals, por cierto.

Rivales directos

Casi descendido ya Osasuna, que está muy lejos del nivel que exige esta Liga, habrá que estar atentos a Sporting, Granada, Leganés, Alavés y Deportivo. Puede parecer difícil, pero tenemos a Prandelli. Tutto va bene.

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