El Valencia se muere y Peter Lim no da la cara...

Cuando escribo esto tengo el miedo en el cuerpo y no dejo de darle vueltas a varios mensajes de washap que me ha enviado mi madre. Ella está jubilada y tiene el pase. Es del Valencia y nada sabe de guerras civiles ni de ´ismos´, lo mismo le da uno que otro, ve las cosas desde su inocencia objetiva y solo le importa que gane el Valencia. Su primer mensaje decía «quina agonia, es per a morirse». El segundo «me han entrat ganes de plorar». No quiero ser demagógico pero estoy seguro que el nudo en la garganta que tiene mi madre y con ella miles y miles de valencianistas, no lo tiene Peter Lim. Y si lo tiene, si también le dan ganas de llorar, lo demuestra muy mal. ¿Cómo le podemos pedir apoyo a los aficionados si el propietario no aparece por el estadio en los partidos en que el equipo se la juega? Ahora hagamos un ejercicio de ciencia ficción imaginando que el Valencia se recupera, que poco a poco se levanta, y que juega la final de la Copa del Rey, ¿ese día iría Peter Lim al partido? Y la siguiente pregunta es, como aficionado, ¿qué le parece que Lim no esté ahora con el equipo pero sí apareciera por el palco en una final de Copa del Rey? Es una falta de respeto de dimensiones colosales y lo que es peor, que el dueño no esté en el campo cuando el equipo se juega la vida es en esencia la mejor metáfora del problema que tiene el Valencia como institución y club de fútbol. Falta un líder que de puertas hacia dentro apriete cuando toca y que defienda al club de puertas hacia afuera.