No es ni mucho menos el mejor delantero de Europa pero, al margen de que ahora el Valencia CF tampoco está en ese nivel, este interés podríamos decir desmesurado por un futbolista como Simone Zaza tiene un porqué. Desde el día que llegó, si no antes, Prandelli sabe perfectamente que una de las cosas que este equipo no tiene es mala leche. Dos o tres jugadores bien repartidos por el campo que, además de aportar lo suyo al fútbol que decida hacer el entrenador, planten la bandera donde haga falta y lleven a los centrales rivales al límite, que esos sí están viviendo demasiado cómodos. Y es raro porque, entre otras cosas, su director deportivo sí la tiene cuando es necesario y el equipo sobre el papel tendría que ser un reflejo, aunque por ahí volveríamos a las circunstancias en que se hizo esta plantilla en cuatro días de agosto. Zaza es uno de esos delanteros que igual hace un gol que te monta un incendio en el área rival si es eso lo que necesita el equipo en un momento determinado del partido. Por eso si logran salvar las dificultades que entraña su llegada, porque ahora está en el West Ham pero pertenece a la Juventus y todavía han de aclararse, es el objetivo más claro para reforzar el equipo en enero.

Mala leche, y gol, falta y mucho en la delantera. Y en el medio campo y la defensa. En realidad es el espejo de lo que ha sido el club desde hace meses. Si fulanito puede ser aquí entrenador, todo vale. Esa tensión y esa intensidad no es fácil conseguirla de un día para otro, en realidad ha de ser algo que se palpe en un club de arriba a abajo, cada día, pero Prandelli y García Pitarch en las próximas semanas solo tienen el mercado para buscar ese plus y van a hacer que el Valencia lo anime como pocas veces. Que nadie se queje porque nada es casualidad, hablamos hoy por hoy de uno de los peores equipos de Europa en rendimiento y algo habrá que hacer por muy malos que sean los tres equipos que todavía lo han hecho peor.

Más artículos de opinión de Julián Montoro, aquí.