Hay que aplaudir bien fuerte al entrenador del Valencia cuando pide en público jugadores hechos para este mercado invernal porque es lo que necesita el equipo para salir del barro. No tengo ninguna duda. Y es cosa del propietario que lo haga posible aunque lo cierto es que con él estuvo reunido en Singapur no hace demasiado tiempo. Y cosa del director deportivo es buscarse la vida y bucear en el mercado. Hay que aplaudir a Prandelli su valentía para afrontar la situación, pero tiene un límite. No me gusta la sensación que deja en el aire el italiano de que se está preparando ante una posible salida. No puedo evitar pensar que si no le gusta lo que el Valencia le ficha, él se va con el cartel lo suficientemente limpio como para entrenar a cualquier equipo en Italia. Es lo que parece. No hace falta que venga nadie a decirnos que Meriton es un desastre en su gestión deportiva, lo sabemos desde hace un tiempo, lo que pasa es que él tiene solucionar problemas deportivos. Y de momento no es el caso. Ha pasado el tiempo suficiente como para decir que no sabemos a qué juega el Valencia, o para poder decir que no le ha sacado rendimiento a ningún jugador, porque ninguno está mejor que cuando llegó él. Es más, veo jugar a Carlos Soler dos ratos y me veo obligado a preguntarme porqué no ha jugado más, y hasta llego a pensar que lo deja a él, -a Prandelli-, en mal lugar, porque Soler no es ni más ni menos que eso que pidió el entrenador no hace tanto en la famosa rueda de prensa del FUORI. Pedir que Soler sea titular ahora es demasiado pedir, pero preguntarse porqué no ha rascado bola hasta ahora es pertinente. No me gusta que no jugase Lato en Copa ni siquiera media hora, porque creo que tiene más futuro en el Valencia del FUORI que Siqueira, y tampoco me gusta el asunto Gayà, es obligación del entrenador sacarlo de la crisis emocional en que se encuentra. Puede que no sea Marcelo, pero sin duda es un buen futbolista. Y honrado y que pelea por la camiseta, como le gustan a Prandelli. No me gusta que el Valencia esté tratando de fichar al capitán de la selección Sub´21 de Serbia a coste cero y el entrenador hable mal del fichaje en público porque puede romper la operación. Él tendrá la potestad de ponerlo o no ponerlo cuando lo tenga a sus órdenes, pero ese tipo de operaciones se tienen que hacer y están por encima del entrenador de turno. Prandelli también tiene que acertar.

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