Hay veces que la primera impresión es la que vale. El primer día que Voro salió a dar explicaciones en esta nueva etapa la sensación después de escucharlo era que, esta vez sí, parecía estar hablando el entrenador del Valencia, no el delegado haciendo de tripas corazón para un nuevo servicio al club. El tiempo ha demostrado que detrás de esa seguridad había lago más. Había un mensaje de respaldo y confianza más o menos claro, todo lo que puede ser en una situación como la que estaba viviendo el Valencia, por parte del director deportivo y la presidenta. Y también un convencimiento personal por parte de Voro, que tonto no es, de que el Valnecia no da para más y esta vez no había otra salida que coger la escopeta y echarse al monte. Va a cometer muchos errores, la garantía es que seguramente no más que otros. No sé si decir que ha hablado con Alexanko y le ha pedido que venga ya lo que tenga que venir es un error o no, pero igual nos sirve para comprobar si en el mundo Meriton Voro es entrenador o sigue siendo delegado. No sé lo que pensarán ellos, pero lo que está viendo Voro es que el tiempo se acaba y hay que echar el resto. No el tiempo para fichar en enero, todavía quedan casi tres semanas, sino el tiempo para que el equipo reaccione y sume. Y aún no han fichado a nadie.

Guerrillas, la batalla es en el campo

No voy a entrar más que de pasada en guerrillas personales, por mucho que al final son cosas que acaban afectando y mucho más de lo que imaginamos al Valencia CF. La única batalla que importa está en el terreno de juego de aquí a final de temporada, pero un miembro del departamento de comunicación del Valencia, desconozco si con permiso de sus superiores o sin él, ha reconocido en público la guerra interna y externa que han mantenido con el ya exdirector deportivo Suso García Pitarch. Vamos, que aquí nadie se ha inventado nada.

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